SOBRE EL NOMBRE DEL BLOG

A medio cuarto de legua de la muy antigua villa de Fuentes, en el Reino de Sevilla, se levanta una fuente que desde siglos atrás fue el principal abastecimiento para la «manutenzión del común de estte vesindario». Ésta se surte a partir de un complejo sistema subterráneo de captación y conducción de aguas formado por dos manantiales o “minas”.

Rodeada de restos de distintos pueblos antiguos que habitaron estos lares, ya en 1599 aparece citada en las Actas Capitulares acordándose su reparo, y en 1690 el Cabildo Municipal acuerda hacer la fuente de piedra, para lo que contrata al cantero de Morón Antonio Gil.

A lo largo del siglo XVIII, varios miembros de la saga de alarifes de los Ruiz Florindo intervienen en el conjunto, ya que se continúan diversas reformas debido a la pérdida de suministro y a defectos en las conducciones.

Como en la Fuente de la Reina, otros manantiales y pozos de estas tierras llenas de historia siguen manando agua «buena y clara» desde tiempos remotos; características de un territorio que dieron el nombre a este maravilloso lugar del mundo que es Fuentes, de Andalucía.

sábado, 13 de junio de 2020

LA FIESTA GRANDE DEL CORPUS EN FUENTES Y SU EXCEPCIONAL CUSTODIA. CINCO SIGLOS DE HISTORIA


El 8 de septiembre de 1264 el papa Urbano IV instituía la festividad del Corpus Christi, fijándola para el jueves después de la octava de Pentecostés, y posteriormente –en 1317–, Juan XXII extiende la fiesta al Santísimo Sacramento a toda la Iglesia, aunque en ciudades como Sevilla dicha procesión ya se venía realizando desde 1282.

En Fuentes de Andalucía, los primeros datos sobre la festividad del Corpus que se poseen documentalmente en el Archivo Histórico Parroquial y hacen referencia a ello datan del siglo XVI, concretamente de un inventario de 1577, donde aparece una custodia procesional y unas andas para la citada procesión, ambas propiedad de la Cofradía del Santísimo Sacramento.
Desde muy antiguo el Corpus fue la fiesta grande de la villa, y por ello, el cabildo municipal de la misma participaba promoviendo y financiando actividades paralelas a la función religiosa con celebraciones lúdicas tales como bailes de moriscos, comedias, autos sacramentales, actuación de ministriles o corridas de toros que se celebran en la Barrera de Palacio (actual plaza de España); o invirtiendo sus caudales para el adecentamiento y reempiedro de las calles por las que debía discurrir la procesión sacramental. Tales referencias son habituales en las actas municipales durante siglos, citando a continuación como testimonio documental dos muestras de finales del XVI.
En el acta del cabildo celebrado el 1 de mayo de 1585 se recoge: “…el Sr. Gobernador propuso que sería causa muy justa que por la solemnidad del santo día del Corpus venidero de este año se represente en esta villa en tan alegre y solemne festividad algún paso pieza dramática breve a lo divino para lo cual sería bien llamar en este cabildo a Domingo Gil autor vecino de esta villa y que se trate con él que saque y represente el día el dicho paso y que por ello se le pague lo que sea justo. Los dichos señores del consejo dijeron que así se haga y fue llamado en el dicho cabildo el dicho Domingo Gil y habiendo tratado con él lo susodicho que el sacará el paso del Hijo Pródigo”.
Años más tardes, en el cabildo acontecido el 10 de mayo de 1594, “se trató que se saque una comedia para el día del Santísimo Sacramento de este año, y estando presente para este efecto Bartolomé de Montiel, natural de la ciudad de Sevilla, que es representante y autor, y se concertó con él por el Cabildo que el susodicho venga a esta villa para el dicho día del Santísimo Sacramento, tres días antes, con nueve personas y las ropas y aderezos necesarios y entre ellos dos voces de música, por contenido del cabildo, Y se le ha de dar los tres días de comer y han de hacer dos comedias, una para el Divino y otra sobre tarde a los vecinos, con su música . Y dando contento se le ha de dar 73 ducados, de esta forma: De contado 20 ducados, pagados en señal de la persona por quien el cabildo hubiere y dejando por resguardo prendas que valgan el doble de la cantidad. Y han de venir dentro de 15 días, desde hoy en adelante, a esta villa con toda la gente y música y han de hacer la comedia y mostrar la obra que hubieren de hacer el día del Santísimo Sacramento para que el Cabildo viese si era decente para el dicho Santísimo Sacramento y siéndolo quedase reasiento y si no lo fuere han de devolver los 20 ducados del recibo de presente y queda libre este Cabildo de reasiento y el recibo de los 20 ducados al cumplimiento de los 73 ducados se les ha de dar los 20 ducados el día que vinieren a esta villa. Y los ha de traer a su costa. Y el dicho Bartolomé de Montiel se aviene a cumplir todo lo cumplido que se ha de hacer sin falta. Y los 20 ducados que se le den luego, se hará un pagaré en Sevilla el viernes que es el día primero que viene y que se contiene  13 días del presente mes de Mayo”. 
LA CUSTODIA FONTANIEGA, TESTIMONIO ARTÍSTICO DE LA FIESTA GRANDE
Como consecuencia de la institución de la fiesta del Corpus y su auge en ciudades y pueblos, fue el irse creando unas obras de arte para la exposición pública del Cuerpo de Cristo que culminaron con esas auténticas “catedrales” que son las custodias procesionales. De entre estas piezas Fuentes cuenta con una magnífica obra que sobresale tanto por su grandiosidad como por el buen gusto en su ejecución.
La custodia fontaniega aúna en sí dos escuelas de orfebrería de gran prestigio e importancia en el siglo XVIII: la cordobesa, al ser el templete realizado por el platero cordobés José de Vargas Machuca, en el año 1751 y por un importe de 26.700 reales de vellón –ostentando el punzón con las letras BS junto al nombre de ARANAS–; y la sevillana, por parte del ecijano José Franco Hernández Colmenares –luciendo el punzón con la figura de un sol y el nombre FRANCO 84, que realizó la peana en 1784.
La peana es de base cuadrada con chaflanes y volúmenes de perfiles curvos en disminución. Está ornamentada con rocallas, entre las cuáles posee cuatro de ellas de gran tamaño que se sitúan en el centro de cada lado, llevando encarnadas espigas y racimos de uvas, símbolos del cuerpo y la sangre de Cristo. Además de éstas, se aprecian gráciles guirnaldas de rosas y capullos de flores sujetos en sus extremos por artísticos lazos.
El primer cuerpo posee también planta cuadrada, con pilastras angulares en las esquinas, sobre las que descansan cuatro arcos lobulados perimetrales. Junto a cada vértice del cuadrado, y por la zona exterior, se colocan dos columnas, de orden dórico, aunque no están trazadas con los cánones de proporciones clásicos. En la parte superior de cada vértice, y por la zona interior, posee cuatro pequeños marcos con espejos. Sus fustes son estriados en sus extremos superiores e inferiores, y adornados con elementos florales cincelados en su parte central, donde se colocan anillos en cada uno de ellos.
Sobre el cuerpo central se encuentra una cúpula de base cuadrada escalonada, de perfiles rectos en su parte inferior y curvas decrecientes en la superior. Sobre los ángulos del mismo, se aprecian cuatro figuras macizas que representan las cuatro virtudes cardinales: Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza.
Se corona la obra con cuatro soportes calados en forma de hojarascas que sustentan un trono de cono invertido sobre el que se encuentra la figura triunfante de Cristo Resucitado.
El maravilloso ostensorio que aparece en la Custodia, guarnecido de piedras preciosas, es de la misma fecha y tiene el mismo punzón del cordobés Vargas. Porta viril en plata dorada.
La custodia está ejecutada en plata repujada con apliques dorados en el templete y posee una altura total de 1'60 m. Ambas partes fueron remodeladas en la restauración llevada a cabo por Francisco de Soto en 1888, donde se compuso y reformo la custodia según autorización del prelado hispalense con fecha de 7 de Agosto, y se doraron las nueve figuras que poseía y veintitrés piezas. En su interior ostenta las siguientes leyendas: De Fuentes año de 1751. fecit Cordoba.  /   Restaurada por Fco. ...(ilegible) Fuentes, Año de 1888.
El templete difiere claramente de las obras sevillanas, tanto en su forma, como en su decoración. Es una pieza de comienzos del rococó, donde la rocalla no es aún el único elemento decorativo.
En la parte baja de los intercolumnios del primer cuerpo poseía cuatro figuras macizas como las anteriormente citadas, que representaban a los Padres de la Iglesia. Actualmente se encuentran desaparecidas, habiéndolas tenido hasta los primeros años de la segunda mitad del siglo XX.
La custodia fue sufragada en 1751 por la Cofradía del Santísimo con donaciones y limosnas de sus hermanos, entre los que destacó los 10.354 reales que aportara “…Alonso de la Vega y Aguilar, Coronel Teniente de Rey de la ciudad de Buenos Aires, en la India Occidental, natural de la villa de Fuentes…”.
En el libro de cabildos de la Cofradía consta como “habiendo fabricado D. José de Vargas vecino de la ciudad de Córdoba una custodia de peso de setecientas y diez y siete onzas de plata y diez adarmes con más nueve figuras de Santos que pasan de 21 libras y 3 cuarterones de cobre fino soldadas con plata y doradas de molido más una repisa dorada que todo importa 26.700 reales vellón y habiendo recibido los 14.542 reales mencionados con más 7.458 reales vellón que todo importa 22.000 reales vellón, se le resta debiendo 4.600 reales vellón los 7.458 los dieron de limosnas diferentes hermanos”.Su reconocido valor la ha llevado a formar parte en varias ocasiones de distintas exposiciones y muestras de arte, destacando la llevada a cabo en 1985 por la Obra Cultura de la Caja de Ahorros San Fernando de Sevilla bajo el título “El Arte en el Corpus. Las Custodias”.

Así mismo, y curiosamente, ha procesionado a finales del siglo XX en varias ocasiones en localidades sevillanas como Peñaflor y La Campana.   

Francis J. González Fernández
Cronista oficial de la villa de Fuentes de Andalucía 


jueves, 4 de junio de 2020

LA LLEGADA DE LA PRIMERA IMAGEN DE MARÍA AUXILIADORA A FUENTES DE ANDALUCÍA. En su noventa aniversario. 1930/2020.



Es en 1929 cuando, tras no pocos esfuerzos, los salesianos de don Bosco logran establecerse en Fuentes de Andalucía. Ello fue posible gracias a la generosidad y el compromiso cristiano de las hermanas María de los Ángeles y Ana Sevilla Fernández de Peñaranda, que donaron la casa solariega principal de la familia, situada en la calle Fernando de Llera número 5, unos solares en la calle del Convento y las rentas necesarias para la institución de un patronato benéfico docente del que se habían de beneficiar los niños del pueblo, con especial incidencia en aquellos con necesidades básicas.
Tras la firma de los acuerdos y las obras de adecuación de las estancias, en diciembre de 1929 llegan los primeros salesianos a Fuentes e inminentemente –el 7 de enero de 1930– se abriría el colegio con las aulas repletas de niños, complementando sus labores docentes con acciones asistenciales y pastorales, por lo que pronto los salesianos se ganaron el cariño y la estimación de los fontaniegos.
Don Bosco y los salesianos han sido a lo largo de la historia de la Iglesia los principales impulsores de la devoción a la Virgen María bajo el título de Auxilio de los Cristianos; y de este modo, tras su llegada a Fuentes, la naciente comunidad pronto encargó la ejecución de una imagen de María Auxiliadora para la iglesia del colegio, que sería donada por la fundadora, Ana María Sevilla Fernández de Peñaranda.
Su ejecución correría a cargo de José Alarcón Santa-Cruz, en los nacientes talleres de escultura de la casa salesiana de la Trinidad de Sevilla –aunque como trabajo privado del escultor–, y la nueva efigie sería recibida en Fuentes de Andalucía el 4 de junio de 1930, de lo que se conmemoran ahora 90 años. Desde entonces, la Virgen está expuesta al culto en uno de los altares principales del crucero de la Iglesia de San José, del ex-convento mercedario descalzo, y a la sazón iglesia del colegio salesiano fontaniego de 1929 a 1948.


La llegada de la nueva talla a Fuentes se convirtió en todo un acontecimiento que, por la minuciosidad de detalles, reproducimos literalmente a través de la crónica de la entronización de la Virgen de don Bosco en Fuentes de Andalucía y los cultos celebrados, escrita por el primer director de la casa, Rafael Tormo García.

«Junio 1930. El día cinco reinaba enorme entusiasmo y expectativa, pues el día anterior en medio de un gran diluvio pudo ser traída la estatua, por el escultor Sr. Alarcón. Colocose en el paso, prestado gentilmente por el Sr. Alejandre, Alcalde de Fuentes, quién dio toda clase de facilidades, así como las demás autoridades. A pesar del mal tiempo, desfilaron por la Iglesia muchísimas personas, que salieron prendadas de la hermosura de la imagen.
En este mismo día fuimos a la estación a esperar al predicador y cantores que debían llegar en tren. A su hora llegó el convoy y me dan la terrible nueva de que D. Salvador quedaba en cama víctima de un terrible cólico. Tal noticia con el ajetreo de improvisaciones y preparativos me produjo un dolor de cabeza terrible. El desencanto fue atroz. Acudí a D. José Ojeda, quién se prestó a predicar aquella noche. A la hora del triduo la gente, que esperaba desde muy temprano se abriera la Iglesia, penetró en ella como una avalancha, ocupando bancos, sillas y hasta el último rincón de la Iglesia, coro, tribunas, presbiterio. Daba realmente miedo tanta aglomeración.
Revestidos los sacerdotes, bendijo solemnemente la imagen el Sr. Cura Párroco. Para esta ocasión un aficionado a la pintura, D. Luis Carrillo, hizo un cuadro del Beato Juan Bosco, y fue asimismo bendecido y expuesto al culto en un altar lateral. De María Auxiliadora fue madrina la fundadora de estas escuelas y donante de la estatua. Del beato lo fue Dña. Rosario, esposa del pintor D. Luis Carrillo.
El segundo día debió predicar el Director de la Casa. Para el tercero invité y traje de Carmona al Sr. Inspector quién lo hizo a pesar de no estar bueno de salud, por efecto de una hernia gravísima. Consecuencia de ello fue que se echó a morir y a prisa y corriendo lo llevamos en auto a Sevilla, dejándolo en la Clínica de la Salud, para ser operado. Hubo que vencer su obstinación, lográndose al fin librarse de una afección peligrosa.
Dimos vuelta a Fuentes llegando a las cuatro y media de la mañana, fiesta de María Auxiliadora, celebrándose ésta y su procesión con inusitado esplendor. Predicó D. Miguel Molina, vino la Banda de la Trinidad, el pueblo adornó con arcos y colgaduras casas y calles; pero tampoco faltó la nota trágica, pues se prendió fuego a un manojo de cohetes que sembraron el pánico entre la gente menuda y grande, siendo herida en un pie una vecina de la Iglesia, etc.
Siguió la procesión en marcha triunfal con gran orden y devoción, regresando a la Iglesia a las ocho y media dejando en todos imborrable recuerdo, la devoción arraigada, la fundación asentada en buenas bases y todos bendecían a la Auxiliadora de los Cristianos y al Beato apóstol de su devoción.
La banda dio un nuevo concierto hasta las once de la noche y dio vuelta a Sevilla en los camiones, y nosotros muertos de fatigas, molidos de tanto ajetreo. Hay que notar que el tiempo estuvo espantoso y solo antes de la procesión quedó sereno para contribuir al triunfo de María Santísima.
Los antiguos alumnos de Utrera contribuyeron sólida y eficazmente a las fiestas, con su dinero, con su asistencia y con su fervor».

No falto de contratiempos, la entronización de la nueva imagen de María Auxiliadora en Fuentes de Andalucía fue un acaecimiento gratamente recordado por los fontaniegos de la época, y fácilmente vinculado al establecimiento de los salesianos en la localidad, de tan feliz recuerdo. Como dato histórico, podemos aportar que junto al sacerdote Rafael Tormo, en este primer curso la comunidad salesiana estaba formada por el también sacerdote Esteban Corral y los clérigos José Ferro, José Báez y Manuel del Castillo.
Tal y como aludíamos antes, el autor de la efigie fue José Alarcón Santa-Cruz, sexto hijo de una numerosa familia de ocho hermanos que nació un 27 de Noviembre de 1904 en Candeleda (Ávila), donde su padre, sevillano de nacimiento, ejercía temporalmente como veterinario para el Ministerio de Sanidad de la época.     
En 1907 la familia se trasladó a Alcalá de Guadaíra donde José, ya en edad escolar, comenzó su educación en el colegio de los salesianos de la localidad. Pronto mostró facilidad e interés por el dibujo y el modelado, por lo que sus padres decidieron mandarlo al colegio que aquellos tienen en Sarriá (Barcelona). Marchó en 1920 a dicho centro salesiano donde permanecería hasta 1926. En 1927 regresa a Sevilla donde entra en contacto con el reputado escultor marchenero Lorenzo Coullaut Valera (discípulo de Antonio Susillo), que le contrata para colaborar en el monumento a Cervantes y el Quijote en la plaza de España de Madrid, modelando algunas de las figuras bajo la dirección del maestro. Esta colaboración durará algo más de dos años.                                                                        
En 1929, el joven Alarcón viaja a Italia donde permanecerá unos meses entre Roma, Milán y Turín. Al regreso a Sevilla, establece su propio estudio y funda en el colegio Salesiano de la Trinidad el taller de Escultura, donde ejercerá como profesor durante siete años formando nuevos artistas al tiempo que satisfaciendo para la comunidad salesiana tanto nuevas producciones como reposiciones restauradoras. En esa época se realizarán multitud de retablos e imágenes para los colegios y casas salesianas de la región.
Su imaginería en madera tallada y policromada fue siempre objeto de una cuidada ejecución, buscando una esmerada y alta calidad. A lo largo de su extensa vida profesional, irá decantando su técnica y desarrollando su propio lenguaje artístico sin perder nunca esas primeras líneas maestras que, a pesar de su juventud, se manifiestan en todas sus obras –fundamentalmente sus vírgenes–, como la de María Auxiliadora de Fuentes de Andalucía que nos ocupa, de serena dulzura, una de sus primeros trabajos de envergadura a su regreso de Sarriá. Posteriormente realizó las imágenes de María Auxiliadora de Alcalá de Guadaira (Sevilla) y Tacna (Perú).
La imagen «salesiana» de María Auxiliadora de Fuentes de Andalucía, conocida por el apelativo de «salesiana» por haber sido traída por los discípulos de don Bosco en la época fundacional, sigue la iconografía tradicional soñada por San Juan Bosco. La Virgen de pie luce túnica color rosa, que representa el amor materno, prendida con un cinto hebreo en la cintura, y manto color azul, que simboliza la sabiduría, cerrado con un broche en el pecho y recogiéndose en la parte delantera bajo la imagen del Niño Jesús. En la mano derecha María porta el cetro, en alusión a su doble condición de reina y dispensadora de gracia, mientras que en la izquierda aparece el Niño, levemente sonriendo, con túnica color crema y los brazos abiertos como símbolo de auxilio. Ambos portan corona, que simboliza el triunfo, y María aro de estrellas en número de doce, mencionado en el Apocalipsis, en metal dorado. La Virgen presenta frondosa cabellera morena, con la mirada baja, y una amplia cenefa policromada, estofada en oro con motivos vegetales, en los bordes del manto de la madre y la túnica del hijo.


El grupo sigue en su concepción la línea de los modelos procedentes de Sarriá: cierta rigidez y hieratismo en las figuras característicos de aquella escuela. Sin embargo, Alarcón incorpora en esta imagen una característica de la imaginería andaluza: la juventud en la Virgen con rasgos finos y elegantes, también en el tratamiento del pelo.


Tras el cierre del colegio y la marcha de los salesianos de Fuentes en 1948, la Virgen quedó para el pueblo y siguió expuesta al culto en el retablo ocupado en la iglesia de San José. Los antiguos alumnos siguieron manteniendo los cultos anuales y organizando la procesión en torno a la fiesta de la Virgen, cada 24 de mayo.
En 1978 nació en la localidad una romería a esta advocación, aunque con otra imagen de menor tamaño, que desencadenó en la fundación de una Hermandad en 1981, la cual ha asumido desde entonces y promovido el culto a la Virgen de don Bosco.
Fue en 2009 cundo procesionó por último vez por las calles de Fuentes de Andalucía la imagen «salesiana» de María Auxiliadora, ya que a esa fecha la Hermandad homónima centralizó los cultos en la efigie sedente de la Virgen, titular y propiedad de la Hermandad, que fue bendecida en 1988, aunque la imagen primitiva sigue expuesta al culto en la iglesia de San José, en el retablo que ocupara a su llegada en 1930, de lo que se conmemoran en estos días nueve décadas.

Francis J. González Fernández
Cronista oficial de la villa de Fuentes de Andalucía

FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA:

Archivo Inspectorial de Sevilla. Sección Fuentes de Andalucía. Caja única.

- Archivo de la Hermandad de María Auxiliadora de Fuentes de Andalucía. Libro de Actas 1981-vigente.

- Archivo Parroquial Santa María la Blanca de Fuentes de Andalucía. Legajo Patronato «Santa Ana». Escritura de fundación.  

- Breve reseña biográfica de D. José Alarcón Santa-Cruz aportada al autor por su hijo, D. Juan José Alarcón Bocanegra, al que agradezco enormemente su disposición.

- GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, Francis. J. (Dir.) Auxiliadora: 40 mayos. Crónica histórico-gráfica de la Romería de María Auxilidora de Fuentes de Andalucía 1978-2017. Fuentes de Andalucía (Sevilla): Hermandad de María Auxiliadora, 2017.
- GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, Francis. J. Auxilium Christianorum: La devoción a María Auxiliadora en Fuentes de Andalucía. Fuentes de Andalucía (Sevilla): El Autor, 2013.
- LÓPEZ RINCÓN, Felipe: Los Colegios Salesianos de Sevilla y su provincia. Hechos históricos y aspectos artísticos. Morón de la Frontera, 2000.