SOBRE EL NOMBRE DEL BLOG

A medio cuarto de legua de la muy antigua villa de Fuentes, en el Reino de Sevilla, se levanta una fuente que desde siglos atrás fue el principal abastecimiento para la «manutenzión del común de estte vesindario». Ésta se surte a partir de un complejo sistema subterráneo de captación y conducción de aguas formado por dos manantiales o “minas”.

Rodeada de restos de distintos pueblos antiguos que habitaron estos lares, ya en 1599 aparece citada en las Actas Capitulares acordándose su reparo, y en 1690 el Cabildo Municipal acuerda hacer la fuente de piedra, para lo que contrata al cantero de Morón Antonio Gil.

A lo largo del siglo XVIII, varios miembros de la saga de alarifes de los Ruiz Florindo intervienen en el conjunto, ya que se continúan diversas reformas debido a la pérdida de suministro y a defectos en las conducciones.

Como en la Fuente de la Reina, otros manantiales y pozos de estas tierras llenas de historia siguen manando agua «buena y clara» desde tiempos remotos; características de un territorio que dieron el nombre a este maravilloso lugar del mundo que es Fuentes, de Andalucía.

domingo, 28 de febrero de 2021

DE ANDALUCÍA, FUENTES

Francis J. González Fernández
Cronista oficial de la villa de Fuentes de Andalucía 


 

FUENTES

Si recurrimos al diccionario de la Real Academia de la Lengua, en la primera acepción de la palabra «Fuente» este describe el término como «manantial de agua que brota de la tierra».

Los numerosos pozos y manantiales que abundan por el entorno y en la propia población nos dan el suficiente argumento, junto con las fuentes documentales históricas conocidas, para corroborar que el lugar de Fuentes tomó su nombre de las propias características físicas de su territorio; un emplazamiento que comenzó a forjarse como villa en la segunda mitad del siglo XIV en torno a la torre y fortificación que en la actualidad se conoce bajo la denominación de Castillo del Hierro.

Uno de los documentos históricos más remotos conocido, que prueban la abundancia de agua en el lugar, es un memorial del regidor carmonense Jerónimo Barba de mediados del siglo XVI, que se conserva en el Archivo Histórico de Carmona. En él se denuncia que los moradores de Fuentes se habían apropiado de distintas tierras, en donde están «la fuente de la Aljabara, que era agua morisca, un despoblado realengo (San Pedro de Albadalejo); más de cuarenta pozos y fuentes moriscas, entre las cuales estaban las siguientes: Agua de Alvadalejo, Agua de los Álamos, Agua de la Fuente de la Enea, Fuente Recacha, Fuente de la Reina, Cuelgamuros y La Peñuela, Fuente del Cabo, El Cañuelo y el Añorete».

 

DE ANDALUCÍA

Pero no es hasta el siglo XVIII cuando se comienza a citar a Fuentes de Andalucía con la denominación actual, teniendo como objetivo el sobrenombre «de Andalucía» distinguir la villa de Fuentes, en las tierras de Sevilla, con las que con el mismo nombre existían en otros territorios peninsulares.
Por esta causa, ya en documentos de los siglos XVI y XVII se hallan ciertas referencias que citan «villa de Fuentes, en Andalucía», para distinguirla. La denominación actual aparece por primera vez en una carta oficial de don Manuel Fernández de Córdoba y Mendoza, marqués de Fuentes, al teniente corregidor de la villa, fechada en 15 de Enero de 1773, siendo a partir de 1791 cuando se generaliza dicho nombre.

Según el Instituto Nacional de Estadística, en España se registran los siguientes municipios que comparten la primera parte de su nominación con Fuentes de Andalucía. Tales son Fuentes de Año (Ávila), Fuentes de León (Badajoz), Fuentes de Ayódar (Castellón), Fuentes (Cuenca), Fuentes de Carbajal (León), Fuentes de Nava (Palencia), Fuentes de Valdepero (Palencia), Fuentes de Béjar (Salamanca), Fuentes de Oñoro (Salamanca), Fuentes de Magaña (Soria), Fuentes Calientes (Teruel), Fuentes Claras (Teruel), Fuentes de Rubielos (Teruel), Fuentes de Ropel (Zamora), Fuentes de Ebro (Zaragoza) y Fuentes de Jiloca (Zaragoza), además de varias unidades poblacionales que pertenecen a otro municipio y no tienen entidad propia. De todos los núcleos, Fuentes de Andalucía es el mayor en número de población con 7.152 habitantes, seguido de Fuentes de Ebro con 4.549 [Fuente: INE. Año 2020]. 

martes, 23 de febrero de 2021

23-F. CUARENTA AÑOS DESPUÉS. ASÍ LO VIVIÓ FUENTES

 

Francis J. González Fernández
Cronista oficial de la villa de Fuentes de Andalucía
 
Un nuevo presidente pidiendo apoyos a las puertas de su investidura, España en crisis económica y la población fontaniega arrastrando las consecuencias de la recesión, que se agravaba con un invierno seco y sus repercusiones en la economía básicamente agrícola de la campiña de Sevilla. Pero a pesar de las penurias, en las alacenas de Fuentes olía a febrero, y en los lebrillos se sobaba esa masa anaranjada que aquí se preña de azúcar, canela y ajonjolí. A pesar de la estrechez, y aun cuando la fiesta no atravesaba sus mejores tiempos, la llegada del carnaval era cuestión de días, y las ganas se respiraban por las calles del pueblo.

Era lunes 23 de febrero, a tres días del Jueves Lardero; tal día como hoy de hace cuarenta años. Las manecillas del reloj marcaban las 18:23 horas, y dos compañías armadas formadas por 288 miembros de la Guardia Civil, comandados por el teniente coronel del mismo cuerpo armado Antonio Tejero Molina, asaltaban, subfusil en mano, el Congreso de los Diputados en Madrid. Al acceder al hemiciclo, el teniente coronel Tejero se situó en el atril de la cámara, disparó tres tiros intimidatorios al aire con su pistola reglamentaria y en un tono claramente amenazante clamó la expresión que después se popularizaría incluso en el ámbito humorístico: «¡Quieto todo el mundo! ¡Al suelo! ¡Se sienten, coño!».


No solo los diputados que llenaban el Congreso durante la investidura de Calvo Sotelo pararon de inmediato, también pareció hacerlo España entera, que frenó en seco su actividad y se echó al suelo de la incertidumbre. El tiempo se detuvo, y la noticia no tardó en expandirse al resto del país. Nadie sabía qué iba a ser de esa España que acababa de salir de una dictadura de casi cuarenta años, y cuya naciente democracia parlamentaria era aun desmesuradamente frágil. Entre la pólvora y el humo de aquellos primeros disparos al aire se podía oler aromas de un pasado demasiado cercano.

Pepe Martín Ruano, concejal por el PSOE de la primera corporación de la democracia (1979-1983), se encontraba en casa escuchando por la radio en directo la sesión parlamentaria de investidura de Calvo Sotelo como presidente del gobierno. «Eran las seis y pico de la tarde, y ante la incertidumbre me fui a la sede del partido, en la esquina de la calle Cruz Verde con la Carrera». Allí permanecieron reunidos «la gente del partido» hasta bien entrada la madrugada, una vez que el rey habló en TVE y consideraron el descalabro del golpe.

Las calles de Fuentes quedaron desiertas, e incluso las murgas esa noche no ensayaron. «Estuvimos dos o tres días sin ensayar, hasta que la cosa se aclaró», relata José López Escobar «El Nieto», de la murga «Los Cherokys».


Fuentes vivía el golpe de estado más o menos como en el resto del país: entre el miedo y la estupefacción. Fernando Milla, policía municipal en la época, narra que en Fuentes no ocurrió nada digno de mención, más allá de que algunos políticos de izquierda estuvieron «quitados del medio», ante el miedo de lo que pudiera ocurrir.

Por el contrario, se llegó a rumorear que hubo personas de ideales de derecha que llegaron a personarse en el cuartel de la Guardia Civil, en la calle San Sebastián, para ponerse a disposición de las «fuerzas del orden».

El atardecer trajo consigo un estado de alarma no decretado, que imponía un toque de queda imperado por la arbitrariedad y desvarío de unos pocos. El desasosiego se vio incrementado por la falta de información, ante la toma de TVE y el pavor que imponía escuchar Radio Nacional emitiendo música ambiente.

El discurso del rey desde Zarzuela emitido por televisión a las 1:12 h. de la madrugada frenó definitivamente la insurrección, aun quedando por delante horas de encierro en el Congreso, y una estela de miedo en la ciudadanía difícil de olvidar.
«Aquella noche no dormimos, no pegamos ojo», manifiesta Juan González Tirado –mi padre–. «Tu madre estaba a punto de cumplir, había tenido azúcar durante el embarazo y al día siguiente, bien temprano, teníamos que irnos para Sevilla, porque la ingresaban en García Morato para el parto». «No había un alma por ningún lado. Dejamos a tus hermanos con los abuelos antes de irnos, y les dijimos que ese día no lo llevaran a la escuela», apostilla.

Tras la confusión, el desconcierto y el miedo, y tras 18 horas de encierro –al mediodía del martes 24 de febrero– Tejero se entrega y abandona el Congreso junto a los guardias civiles implicados en el asalto. 
El comienzo del carnaval fontaniego era inminente, y si la fiesta por antonomasia de Fuentes de Andalucía no lo paró ni Franco, mucho menos lo iba a frenar un guardia civil de tebeo y su berlanguiana cuadrilla en aquella intentona de golpe de estado.


Tres días después del fallido asalto, los fontaniegos se fueron a lardear, y como declara Justo Ruiz García –delegado de Festejos a la fecha–
«la programación de la fiesta se desarrolló como estaba previsto y Fuentes tuvo Carnaval» en 1981, aún con el miedo en el cuerpo.

Al año siguiente, –en el carnaval de 1982– la murga de «Los Cherokys», inmortalizó este hecho histórico en una de sus coplas, que aún perdura en la memoria colectiva de muchos fontaniegos.

«Con el golpe que dio Tejero, saludamos con mucha gracia,
que se tire to el mundo que tengo ganas de hacer gimnasia.
Y como somos sevillanos, y tenemos tanto salero,
aprovecho que estoy cantando para decirle al Sr. Tejero,
que si quiere pegar más golpe que se coloque en el Paro Obrero. 
Arza y toma pastillas de goma que me ha dicho el Moro que son pa dormir,
y yo tengo otra clase de goma, y yo tengo otra clase de goma
pa’ que mi parienta no pueda parir. 
Dice que se cayó Suárez, y se dio contra una farola,
y se puso de cardenales como si fuera El Palmar de Troya.  
Cuando le recetó el prácticante, la pomada del tío el bigote,
esta pomada cuando tú quieras te la colocas tú en el cipote. 
Arza y toma… 
Dice que Fraga le decía, déjate ya de cachondeo
no me asustas todavía porque las balas son de fogueo.
Y cuando le pegó los tiros, comprobamos que en el congreso,
los de la primera fila se fueron tos’ pa’l suelo derecho,
y los que estaban más p’arriba pegaron con el culo en el techo.
Arza y toma…». 

Lo único que aquellos guardias civiles y militares no pudieron parar aquellas horas fue el curso natural de la vida. Hubo quien en medio de un intento de golpe de estado llegaba al mundo sin saber que lo hacía en un país que había tirado una moneda al aire. Esa moneda estaba debatiéndose entre la cara democrática o la cruz de un tiempo pasado que hasta ese día parecía, ficticiamente, superado.

Y entre ellos, llegó a este mundo el que escribe, que vio la luz de esta tierra a la amanecida de un 28 de febrero, en la resaca de esta sacudida a los cimientos de una incipiente democracia que gritó contundentemente en las calles «Por la libertad, la democracia y la constitución».

Los de 40 para abajo tenemos que preguntar cómo se vivió ese día, por motivos obvios, pero quien tenía algo más de edad, no olvida qué estaba haciendo en el momento en el que se enteraron del intento del golpe.

Y tú, ¿cómo viviste aquel fatídico 23-F?



lunes, 8 de febrero de 2021

PRUEBAS DOCUMENTALES DE LA CELEBRACIÓN DEL CARNAVAL DE FUENTES DE ANDALUCÍA EN EL SIGLO XIX

Francis J. González Fernández
Cronista oficial de la villa de Fuentes de Andalucía 

El origen del Carnaval de Fuentes de Andalucía es prácticamente desconocido ante la ausencia de datos históricos en fuentes escritas, ya que se trataba de una celebración en la que el ente municipal ni organizaba ni se involucraba directamente, siendo una fiesta íntimamente relacionada con las clases más populares del pueblo, que antes de la cuaresma disfrutaban de una ocasión especial para divertirse dando rienda suelta a la imaginación y criticando al poder con sus particulares coplas, algo que acabaría incomodando a las clases dominantes y a la propia Iglesia católica.

Las investigaciones llevadas a cabo en las últimas décadas y que han visto la luz en diversos trabajos, atestiguan mediante la recogida de testimonios orales que ya en la década de 1920 el carnaval se celebraba en las calles fontaniegas, habiéndolo hecho casi ininterrumpidamente hasta la actualidad, incluso durante la segunda mitad de la dictadura franquista.

El estallido de la Guerra Civil y sus consecuencias políticas y sociales, provocaron que entre 1937 y 1954 –ambos inclusive– el carnaval estuviera completamente prohibido, aun cuando hay testimonios que aseguran que hubo ocasiones en las que se llevaron a cabo pequeñas celebraciones en casas privadas al llegar el mes de febrero, en las que se cantaban coplas carnavalescas.


Sería el año 1955 el que marcaría un hito en este periodo de prohibiciones, rubricando el inicio del resurgir del carnaval fontaniego. A principios de año, cuatro conocidos maestros de murgas se reunieron y, desafiando al régimen, deciden sacar adelante una agrupación, comenzando a ensayar coplas de forma clandestina sin tener la seguridad de que pudieran llegar a salir a las calles en febrero. Rebosantes de ganas de carnaval, no dudaron en acudir al alcalde, que previa revisión del repertorio y fijando una serie de normas, les permitió cantar por las calles, casinos y tabernas en los días previos a la cuaresma.

Al año siguiente comenzaron a salir algunas máscaras a la calle haciendo tímidas incursiones hacia la Carrera, y sería el año 1957 el de la consolidación de una nueva etapa del Carnaval de Fuentes de Andalucía, al autorizarse por el poder local murgas y máscaras, siempre con estrechas normas y no pocos altercados con la guardia municipal. 

El hecho de la celebración de la fiesta en un contexto político y social como el que vivía España en esos momentos, provocó que el Carnaval de Fuentes de Andalucía se convirtiera en foco de atención de toda la provincia de Sevilla, al tratarse de un caso excepcional que sobrepasaba incluso los límites regionales.

Hay que tener en cuenta, que incluso ni en Cádiz, la fiesta fue autoridad en el mes de febrero, trasladándose al verano y posteriormente a mayo bajo la denominación de Fiestas Típicas Gaditanas. 

Al margen de la particularidad de suma importancia de su trayectoria histórica, el Carnaval de Fuentes de Andalucía posee una serie de aspectos singulares que lo hacen único, y que en la suma de estos y otros menores dan lugar a una fiesta ya no solo cargada de elementos lúdico-festivos, sino digna de estudio por sus valores antropológicos e íntimamente ligada a gran parte de la sociedad fontaniega durante al menos el último siglo y medio.

Estas características particulares, son:

1. El inicio de la fiesta: Jueves Lardero

2. El sabor del Carnaval: El Entornao

3. El lugar de la celebración: La Carrera

4. La protagonista autóctona: La máscara

5. El sonido de la fiesta: La murga

Un carnaval que, aunque ya era considerado histórico y centenario, ahora queda probado documentalmente, tras el reciente hallazgo en el archivo municipal, en el marco de unas investigaciones llevadas por el cronista de la villa, Francis J. González.

En sesión capitular celebrada el 4 febrero de 1893 «el Ayuntamiento por unanimidad acordó autorizar al Sr. Alcalde [el conservador Francisco Javier de la Escalera y Fernández de Peñaranda] para que publique un bando encaminado a que por las máscaras y demás vecinos de la localidad no se comentan abusos en los próximos días de carnaval, y castigue a los contraventores con las multas que la ley municipal autoriza».


El de Fuentes es posiblemente uno de los carnavales que conservan mejor su esencia histórica, lo que le hizo ser distinguido como Fiesta de Interés Turístico. Una fiesta que en 2021, como ocurriera desde 1937 a 1954, el pueblo vivirá de puertas adentro y –en esta ocasión–, a través de las redes sociales. Del mismo, lejos de grandes concentraciones, el Centro de Interpretación del Barroco acogerá una magna y pionera exposición de la fiesta.
 

 

lunes, 1 de febrero de 2021

LA PÉRDIDA DE CAUDAL DE LA FUENTE DE LA REINA. UN MAL CÍCLICO DOCUMENTADO DESDE EL SIGLO XVI

Francis J. González Fernández
Cronista oficial de la villa de Fuentes de Andalucía



En los últimos meses, muchos fontaniegos han levantado la voz de alarma ante la drástica reducción del caudal del caño de la Fuente de la Reina, emplazamiento histórico en las cercanías de la villa de Fuentes que da nombre a este blog de historia. Un hecho que no es insólito pues, a lo largo de los últimos cinco siglos, son diversas las referencias escritas que nos dan testimonio de este contratiempo cíclico del surtidor que –en centurias atrás– fue el principal abastecimiento para la «manutenzión del común de estte vesindario».

La Fuente de la Reina es un complejo de estructuras de carácter hidráulico destinado a la captación, conducción y abastecimiento de aguas para el consumo humano y animal, cuya construcción se vincula en los últimos estudios realizados –basados en la intervención arqueológica llevada a cabo en paralelo al proyecto de obras de creación de Parque Arqueológico «Fuente de la Reina» a la expansión de la villa de Fuentes en el siglo XVI  [1].

Los caños que alimentan el pilar se abastecen a partir de un «complejo sistema subterráneo de captación y conducción de aguas formado por dos manantiales o minas cuyas aguas se conducen hacia un arca o espacio colector», y de ahí parte una conducción subterránea que, con un recorrido sinuoso de aproximadamente 100 m. de longitud, se dirige hacia la fuente, recogiendo el agua de otros pequeños veneros presentes en la zona.


Ya a finales del siglo XVI se tiene constancia documental de la necesaria reparación de la fuente, tratándose el asunto por el cabildo municipal en la sesión capitular celebrada el 16 de agosto de 1599, constando: «Porque la Fuente de la Reina estaba muy maltratada y es cosa muy necesaria para el beneficio y provecho de esta villa que la dicha fuente se repare y ponga como conviene para el beneficio de ella, […]» [2].

Un siglo después, en 1590, se labró el pilar que se conserva dentro del edificio de la fuente, ejecutado por el cantero Antonio Gil: «Yo Antonio Xil, vecino que soy en esta villa de Morón de la Frontera, digo que me obligo de hacer un pilar para la villa de Fuentes de cuatro varas de largo de biseco y dos varas de ancho, solado y chapado de cantería, con dos piedras foradadas por donde caiga el agua y otra piedra de seis cuartas de largo y tres de ancho para en medio de la pared, […] y las piedras de pretil han de ser machihembradas y chaflanadas, y toda la obra ha de ser de la cantería del despeñadero de esta villa [Morón], y se advierte que la cantería ha de ser por cuenta de la dicha villa de Fuentes […]» [3].


«
[…] Anttonio Gil, pedrero, […] a hecho y assenttado el pilar de la fuentte de la rreina y por quanto además de su obligaçión hiço una cruz y una grada de piedra para dicho pilar […]» [4].

Los problemas con el abastecimiento se sucedían, y a inicios del siglo XVIII se ejecutaron reparaciones concentradas principalmente en los caños de la conducción, tal como consta en cabildos de 1700 y 1710.

«[…] 120 reales […] se gastaron en aderessar la fuente de la Reyna en el reparo que hisso por aversse roto la cañería cuyo costo […]» [5].

«[…] de seiscientos y treinta y cinco reales gastados en aderezar la fuente de la Reyna única que tiene esta Villa por haverse roto su conduzión el dicho año passado de setezientos y nueve» [6].  

La escasez del caudal de la fuente en 1703, provocó que en el cabildo del 11 de junio de 1703 se acordara la limpieza de los pozos Santo y de Juan Ibañez para el abastecimiento de los humanos, y otros destinados al ganado [7].


En 1746 los daños de las cañerías y de los depósitos provocaron una caída considerable del caudal, obligando a los habitantes a abastecerse de otras fuentes públicas de peor calidad. Ante ello, el cabildo tuvo que intervenir de urgencia en la Fuente de la Reina, ya que el consumo de agua procedente de determinados pozos estaba suscitando problemas de salud a los propios del lugar:
«[…] en atensión a que el año pasado de mill setesientos quarenta y tres acaesió la desgrasia de faltarle agua a la fuente de Reina distante desta Villa como medio quarto de legua siendo la única fuente que ai para el abasto común de sus vesinos por ser todas las demás aguas de los posos desta dicha Villa salobres por cuio motibo dichos vesinos la buscaban en diferentes posos del término de esta Villa, distantes de ella unos media legua y otros tres quartos de legua con grabe costo y perjuisio de la salud pública por ser las aguas de dichos posos remansadas, de que se siguió bisiarse la salud de dichos besinos padesiendo grabes enfermedades y las muertes de algunos y abiéndose hecho reparo por los medios desta Villa que dichas enfermedades tenían su orijen de la mudansa de dichas aguas bisiadas para cuio remedio no tendiendo esta Villa medios ni fondos para haser la obra correspondiente en dicha fuente por aber declarado maestros intelijentes ser necesario descubrir toda la cañería de ella asta el arca del agua cuia distansia compone más de quatrosientas baras. […] se gastaron con otras cantidades que esta Villa administró en la obra de dicha fuente hasta aberla puesto de dar el agua necesaria para el abasto de esta Villa con lo que sesaron los referidos perjuisios […]»  [8].


Solo tres años más tarde, en 1749, se planteó la problemática de que el agua de la fuente resultaba insuficiente para el abastecimiento del pueblo, por lo que el cabildo pidió el examen de la misma al alarife Juan Ruiz Florindo: «[…]
haviéndosele dado a su merded notizia de que la fuente de Reina, que es la única de que se abastece el vecincario desta Villa no da el agua correspondiente para dicho abasto con cuia notizia y para subbenir al más prompto remedio su merced hiso pasar a Juan Ruiz Florindo, maestro de albañil desta Villa al reconosimiento de dicha fuente el que inmediatamente esecutó dando notizia a su merced de cómo en la cañería de dicha fuente avía ronpimiento por el que el agua de su benero se salía cuio remedio se hasía presiso desembolber la dicha cañería que lo dilatada para recoger las aguas que de ella se salían y hasen mucha falta para dicho abasto […]» [9].

En 1764 se vuelve a pedir un informe sobre el abastecimiento de agua y su inspección, en esta ocasión a Alonso Ruiz Florindo: «En estte Cauildo dichos señores dijeron que por quanto por diferenttes vesinos esta villa se había dado quentta de su gran escases de agua que se esperimentaba en la única fuente que en ella ai para la manutenzión del común de estte vesindario y que se esttaba padesiendo estta notable falta por no haver otra agua en esttas inmediaciones a propósito para dicho abasto y que cada día se esperimentaría más escases así por el tiempo sercano del agosto como porque se reconosía haver hecho curso y rotto la cañería por ottros sitios diferentes. En cuia inttelixencia deseando sus mersedes poner el correspondiente remedio para obiar estte perjuicio acordaron se le haga sauer a Alonso Ruis Florindo maestro alarife e inttelixente en cañerías vesino desta Villa pase a dicha fuentte reconosca las cañerías y si padese o no extrabío el agua desde su arca hasta la pila de dicha fuente intteligenciándose de la obra presisa para su remedio como también del costo de matteriales y maniobra que podrá ttener hasta su perfectta conclución y hecho que sea dicho reconosimiento comparesca a declarar bajo de juramento» [10].

Los problemas de abastecimiento menguarían en 1787 con la apertura de una nueva mina de agua y la construcción de un nuevo acceso al conjunto hidráulico, llevado a cabo por el alarife municipal José Fernández: «En la fuente de la Reina que es la principal que surte al pueblo de aguas potables se hiso una mina de ocho baras de longitud cubierta de rosca y capás de andar a pie derecho por ella, cuia mina en su superficie tiene ocho baras de profundidad al terreno orisontal y desde esta mina se arrancó y fabricó una escalera firme y capás para poder entrar a pie derecho en todos tiempos a su reconocimiento y demás minas, arca y cañerías de dicha fuente que se asearon y limpiaron, cuia escalera llega asta el referido terreno orisontal y está situada mirando al medio día en lo más elebado del último serro, dando vista a la fuente como a docientos pasos de ella y a la isquierda del camino yendo desde el pueblo como beinte, cuia especificasión se hase por si en lo venidero se oscureciese la entrada de dicha escalera no obstante la elebación y señales con que ha quedado […]» [11].

Otra referencia se localiza en la segunda mitad del siglo XIX, cuando en la sesión capitular celebrada el 29 de enero de 1876, «se hizo presente el mal estado en que se encuentra la fuente pública llamada de la Reyna, de la que se surte la generalidad del vecindario, por la poca agua que hecha, y por consiguiente se estaba en el caso de tomar una medida sobre el particular. El ayuntamiento en su vista y considerando que si bien efecto de los años tan cortos de agua, pueden haberse agotado un poco los veneros de ella, nunca se cree puedan haberse quedado tan reducidos como se hallan, y en su virtud por unanimidad acordó: que en el día de mañana se proceda por el maestro albañil Francisco Ruiz Tesoro a descubrir los depósitos y cañerías de dicha fuente, bajo la inspección de los concejales de esta Municipio D. Antonio Seaone Rodríguez y D. Francisco Sillero García, y haga un minucioso reconocimiento en ellas para si se hallan obstruidas, bien por hundimiento o cualquiera otra causa y siendo así, inmediatamente se componga, en términos que quede expedita y salga agua sin el menor obstáculo, abonando el gasto que ocasione la operación, del capítulo respectivo del presupuesto municipal» [12].


Fotografía realizada el 31/01/2021, donde se aprecia el débil caudal.

La última gran intervención sobre el conjunto hidráulico que nos ocupa se acometió en el año 2018, con la puesta en valor del espacio y creación del Parque Arqueológico de la Fuente de la Reina, rehabilitándose al mismo tiempo minuciosamente todo el sistema subterráneo de captación de aguas. En paralelo a esta obra se ejecutó una interesantísima intervención arqueológica que aportó un completo informe para el conocimiento de las estructuras superficiales y subterráneas y su evolución histórica, apoyado en un somero estudio documental.


Sea como fuere, la historia vuelve a repetirse, y de momento, el caudal de la Fuente de la Reina sigue pobre y deficiente, sin conocerse las causas. ¿Escasez de lluvia? ¿Sobre explotación de los acuíferos por la proliferación de pozos en el entorno? ¿Desvío de los flujos subterráneos de agua? ¿Obstrucción de la cañería en su tramo final? O como los mayores del lugar declaran, es un déficit cíclico que se repite, sin necesidad de alarmarse. 


IMÁGENES: Fotografías antiguas coloreadas cedidas por Fernando Milla González.

NOTAS:
1] Lafuente Pérez, L. y Fernández Flores, A. (2018): Memoria Científica de la Intervención Arqueológica Preventiva vinculada al “Proyecto de creación de Parque Arqueológico Fuente de la Reina en Fuentes de Andalucía, (Sevilla). Delegación Territorial de Cultura, Turismo y Deportes en Sevilla. Memoria Inédita.
2] (A)rchivo (H)istórico (M)unicipal de (F)uentes de Andalucía. Libro 2 Actas Capitulares. Sesión 1599-VIII-16.
3] A.H.M.F. Libro 6 Actas Capitulares. Sesión 1690-IV-16.
4] A.H.M.F. Libro 6 Actas Capitulares. Sesión 1690-V-14.
5] A.H.M.F. Libro 6 Actas Capitulares. Sesión 1700-IX-29.
6] A.H.M.F. Libro 6 Actas Capitulares. Sesión 1710-I-7.
7] A.H.M.F. Libro 6 Actas Capitulares. Sesión 1710-VI-11.
8] A.H.M.F. Libro 7 Actas Capitulares. Sesión 1746-XI-30.
9] A.H.M.F. Libro 7 Actas Capitulares. Sesión 1749-III-10.
10] A.H.M.F. Libro 8 Actas Capitulares. Sesión 1764-VI-1.
11] A.H.M.F. Libro 12 Actas Capitulares. Sesión 1787-XII-22.
12] A.H.M.F. Legajo 1 Actas Capitulares. Sesión 1876-I-29.