SOBRE EL NOMBRE DEL BLOG

A medio cuarto de legua de la muy antigua villa de Fuentes, en el Reino de Sevilla, se alza una fuente que, desde hace siglos, fue el principal abastecimiento para la «manutenzión del común de estte vesindario», cuyo caudal se nutre de un ingenioso sistema subterráneo de captación y conducción de aguas. Rodeada de vestigios de los distintos pueblos que habitaron estos lares, la fuente aparece citada ya en 1599 en las Actas Capitulares, donde se acordaba «su reparo». Décadas después, en 1690, el Cabildo Municipal dispuso que fuera labrada en piedra. Durante el siglo XVIII, varios miembros de la saga de alarifes Ruiz Florindo, célebres por su huella en la arquitectura barroca de Andalucía occidental, intervinieron en la fuente y su sistema hidráulico. Al igual que en la Fuente de la Reina, otros manantiales y pozos de estas tierras cargadas de memoria e historia, continúan manando agua «buena y clara» desde tiempos remotos; rasgos de un territorio que dieron el nombre a este singular lugar del mundo que es Fuentes, de Andalucía. Como el agua que fluye de esta fuente, es mi intención que de este blog mane un caudal inagotable de historia y patrimonio fontaniego.

sábado, 13 de mayo de 2017

1950. CUANDO LA VIRGEN DE FÁTIMA VINO A FUENTES DE ANDALUCÍA


En 1950 los fontaniegos fueron testigos y partícipes de uno de los acontecimientos marianos de mayor relevancia que muchos pueblos de Andalucía vivieron en plena mitad del siglo XX. Llegó a Fuentes de Andalucía la imagen de la Virgen de Fátima Peregrina, de tan milagrosa advocación portuguesa.
Una devoción que surgió en la localidad portuguesa de Fátima, tras varias apariciones de la Virgen entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917 a tres pastorcillos, convirtiendo el lugar en santuario y foco de peregrinación de la orbe cristiana.
Hecha según las indicaciones de la hermana Lucía, única superviviente de los tres pastorcillos, la primera imagen de la Virgen Peregrina de Fátima fue ofrecida por el Obispo de Leiría, zona a la que pertenece Fátima, y coronada solemnemente el 13 de mayo de 1947. A partir del 13 de mayo de 1948, la imagen recorrió el mundo entero, provocando una rápida expansión de la devoción a la advocación de Nuestra Señora del Rosario de Fátima.
Después de más de medio siglo de peregrinación, en el que la imagen visitó 64 países de los distintos continentes, algunos de ellos varias veces, la Rectoría del Santuario de Fátima entendió que no debería volver a salir habitualmente, sólo por alguna circunstancia extraordinaria, y desde el año 2000, recibe culto en el citado Santuario. Aunque para dar respuesta a las inmensas peticiones, fueron hechas varias réplicas de la primera imagen peregrina que siguen visitando los puntos de la tierra donde es solicitada su presencia.
La llegada a Fuentes tuvo lugar el domingo 5 de noviembre de 1950 convirtiéndose en todo un magno acontecimiento para la población, que alentada por las autoridades municipales y eclesiales había engalanado las principales calles del pueblo por las que pasaría la Virgen durante su estancia en Fuentes con arcos florales, y vistiendo de gala fachadas, ventanas y balcones.
La corporación municipal, autoridades religiosas y militares, la Banda de Música Municipal y todo el pueblo recibieron a la comitiva en la entrada de Fuentes, en la Cruz Juan Caro, desde donde el cortejo discurrió hasta la Plaza de España entre la multitud. Allí el secretario del Ayuntamiento dio lectura al acta de la Corporación en la que constaba el acuerdo de consagrar la villa a Nuestra Señora de Fátima, leyendo la fórmula el alcalde, José Rodríguez de Moya y Picornell, y colocando a sus pies el bastón de mando distintivo de primer edil junto con el acuerdo municipal.
La Virgen fue llevada posteriormente a la Iglesia Parroquial, donde se celebró una solemne función y quedó expuesta a la veneración de los fieles durante toda la noche, en la que se organizaron numerosos turnos de vela y se rezaron infinidad de rosarios.
Al día siguiente, lunes, el día había sido declarado festivo y la Virgen siguió recorriendo en sus andas y rodeada de multitud las calles de la localidad, visitando los conventos de las Hermanas de la Cruz y las Madres Mercedarias, siendo portada a hombros por numerosos vecinos y saliendo a su paso las personas enfermas e impedidas buscando la intercesión de la Virgen en la mejoría de su salud. Tras todos los actos celebrados, fue despedida por el gentío en la Estación durante la jornada del lunes 6 de noviembre, donde también se contó con el acompañamiento de la Banda de Música, siguiendo la peregrinación hacia otros pueblos y abandonando Fuentes por la carretera de «La Platosa».
En el pleno de la Corporación de 30 de septiembre de 1950, el Alcalde dio «cuenta de la próxima llegada a esta villa de la Virgen Peregrina de Fátima, en su recorrido por los pueblos de la Diócesis. Su llegada está anunciada para el día cinco de noviembre y durante su estancia en la localidad se realizarán diversos actos religiosos. A nosotros nos cabe el honor, entre estos actos, el de llevar a cabo la consagración del pueblo al Corazón de María acordada previamente por el Ayuntamiento Pleno del que se dará lectura pública con el fin de dar carácter oficial a su venida. A estos efectos vería oportuno excitar el fervor religioso de los vecinos, para que en su día adornen las fachadas de sus viviendas con flores, colgaduras y levantando arcos en honor a la Stma. Virgen y declarando festivo el día laborable que haya de permanecer entre nosotros y organizando en fin cuanto en honor de la milagrosa imagen pueda ser grato a sus ojos. Propuesta del Sr. Presidente que la Corporación estima oportunísima y haciéndola suya por unanimidad la de proveer en forma de acuerdo del que se redactará copia certificada para su puesta a los pies de la Virgen. Al propio tiempo, teniéndose en cuenta que para atender a los gastos de peregrinación solo disponen los Rvdos. Padres de las limosnas del pueblo, se autoriza al Sr. Alcalde para que en nombre de este Ayuntamiento aporte la cantidad que estime oportuna».
Tal fue la repercusión de la visita de la Virgen a Fuentes, que propició la expansión de su devoción en el pueblo fontaniego, y durante los años 1951 y 1952 se realizó, sufragado por suscripción popular y una importante aportación de Victoria Huertos Muñoz, una imagen de la Virgen de Fátima y un camarín en la Iglesia Parroquial.
Victoria Huertos, esposa de Manuel Muñoz Conde, médico y alcalde de Fuentes durante la IIª República, fue nombrada camarera de la Virgen, habiendo ocupado en mismo menester en la Hermandad de la Vera Cruz, donde atendía a María Santísima del Mayor Dolor.









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