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A medio cuarto de legua de la muy antigua villa de Fuentes, en el Reino de Sevilla, se levanta una fuente que desde siglos atrás fue el principal abastecimiento para la «manutenzión del común de estte vesindario». Ésta se surte a partir de un complejo sistema subterráneo de captación y conducción de aguas formado por dos manantiales o “minas”.

Rodeada de restos de distintos pueblos antiguos que habitaron estos lares, ya en 1599 aparece citada en las Actas Capitulares acordándose su reparo, y en 1690 el Cabildo Municipal acuerda hacer la fuente de piedra, para lo que contrata al cantero de Morón Antonio Gil.

A lo largo del siglo XVIII, varios miembros de la saga de alarifes de los Ruiz Florindo intervienen en el conjunto, ya que se continúan diversas reformas debido a la pérdida de suministro y a defectos en las conducciones.

Como en la Fuente de la Reina, otros manantiales y pozos de estas tierras llenas de historia siguen manando agua «buena y clara» desde tiempos remotos; características de un territorio que dieron el nombre a este maravilloso lugar del mundo que es Fuentes, de Andalucía.

viernes, 25 de marzo de 2022

PROHIBIDAS LAS COFRADÍAS, EL SEÑOR DE LA HUMILDAD SALIÓ EN 1822


El pronunciamiento del teniente coronel Riego que restableció la monarquía constitucional en la España de 1820, iniciándose con ello el denominado Trienio Liberal, tuvo consecuencias directas en las cofradías, pues ante las restricciones que les fueron impuestas éstas declinaron realizar sus estaciones de penitencia. Las estrictas reglamentaciones se prologaron durante los años sucesivos, dando lugar a un largo quinquenio sin cofradías en las calles de Sevilla. Una ausencia que se extendió más allá del regreso del absolutismo, no recuperándose la normalidad hasta la Semana Santa de 1826.

En ellas se impedía a las hermandades el uso de capirotes, antifaces y túnicas, les prohibía estar en la calle después del toque de oraciones y mandaba a las de madrugada que no salieran hasta el amanecer, todo ello en bien del «interés público y la conservación del orden». Ante ello, las corporaciones declinaron efectuar sus estaciones de penitencia por «las extrañas condiciones que imponía la autoridad civil con alardes arbitrarios y las hostilidades a las nuevas ideas», argumentando que lo dispuesto iba en contra de sus tradiciones.

Pero que no lo hicieran en la capital, no implica que en otros puntos de la geografía provincial las cofradías no realizaran sus pertinentes estaciones de penitencia, en cumplimiento de su regla de dar culto público a sus Titulares, siempre que las condiciones económicas de las corporaciones, las circunstancias atmosféricas u otra serie de aspectos mayores lo permitieran.

De este modo, en 1820 hicieron su estación de penitencia en Fuentes de Andalucía las cofradías del Señor de la Humildad (Miércoles Santo), Vera Cruz (Jueves Santo) y Santo Entierro (Viernes Santo), y en 1821 fueron dos las cofradías que pudieron procesionar. El 19 de abril, Miércoles Santo, lo hizo la de la Humildad y el Jueves Santo, la de Jesús Nazareno, desde el convento de los frailes mercedarios descalzos. Y es a partir de 1822 cuando se produce un trienio en el que las cofradías fontaniegas no llevan a cabo sus públicas estaciones de penitencia, sumándose de este modo a la larga ausencia de la capital hispalense. Tal es así, que no lo hicieron en 1822, 1823 ni 1824 [1].

Fue únicamente la cofradía de la Humildad la que consiguió mantenerse activa ininterrumpidamente durante estas primeras convulsas décadas del siglo XIX. Desde 1825 a 1830 –ambos inclusive– es la única hermandad que logra poner su cofradía en la calle durante la Semana Santa fontaniega. Ya en la década de 1830 se localizan datos esporádicos de actividad en las cofradías de Jesús Nazareno y del Santo Entierro, y no es hasta 1841 cuando de nuevo certificamos documentalmente una Semana Santa completa con las cofradías de Humildad el Miércoles Santo, Vera Cruz en la tarde de Jueves Santo, Jesús en la madrugada del Viernes Santo y el Santo Entierro en este último día en horario vespertino.

Retrocediendo al inicio, en el que citábamos cómo a pesar de las restricciones y la ausencia de cofradías en la capital, en Fuentes las cofradías salieron en 1820 y 1821, no ocurriría ya lo mismo en 1822, cuando el culto fue estrictamente interno.

A pesar de ello, el Señor de la Humildad sí procesionó –aunque la Virgen de los Dolores no lo hiciera–. No fue en Semana Santa, sino en los días de Cuaresma, y lo hizo en dos ocasiones en un transcurso de nueve días. Así queda asentado en los libros de colecturía de la parroquia Santa María la Blanca, en cuyas páginas quedan detallados los gastos que las procesiones y cultos al Señor ocasionaron.

El 17 de marzo de 1822 se «trajo el Señor de la Humildad a la Yglesia para hacerle un Novenario de Misas» [2] con la asistencia de todo el clero, «en procesión de rogativas» desde la ermita de san Francisco. La iniciativa clamaba la gracia de la lluvia ante la calamitosa situación de sequía que azotaba al campo fontaniego.

En adelante, y durante nueve días, el Señor de la Humildad presidió en el templo mayor de Santa María la Blanca un «novenario de misereres», concluyendo el domingo 24 de marzo con función solemne y sermón. Concluidos los cultos, el lunes 25 la devota efigie del Señor de la Humildad regresó a su barrio del Postigo del Carbón en procesión de rogativas, tal como a la ida.

Fue un 25 de marzo, como hoy, pero dos siglos atrás.

Francis J. González Fernández 
Cronista oficial de la villa de Fuentes de Andalucía 


 

NOTA: La imagen que ilustra este artículo es una recreación que no corresponde a la realidad.

[1] Para profundizar en el hecho, véase: GÓNZALEZ FERNÁNDEZ, Francis J. Cuando Sevilla se quedó sin cofradías, pero en Fuentes de Andalucía salieron los pasos a la calle. 1820 / 1821. En Revista de la Semana Santa de Fuentes de Andalucía 2020. Fuentes de Andalucía (Sevilla): Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Jesús de la Santa Vera Cruz y María Santísima del Mayor Dolor, 2020, núm. 25, págs. 20-22.

[2] Archivo Parroquial Santa María la Blanca de Fuentes de Andalucía. Libro 14 de Entierros. Folio no paginado.


lunes, 21 de marzo de 2022

LA FOTO DEL CARTEL DEL SAHUMERIO, DE DON JUAN “EL DE LA LUZ”

Por escaparates y muros de comercios y bares, por las redes sociales o en los tablones de anuncios de las iglesias y casas de hermandad luce desde hace unos días el cartel de “El Sahumerio 2022”, que anuncia –según esta tertulia cofrade fontaniega– la inminente llegada de una anhelada Semana Santa.

El cartel lo ilustra una vanguardista obra del polifacético artista Miguel Caiceo, que ha dado una especial relevancia a la arquitectura de los Ruiz Florindo; un guiño de la tertulia para sumarse a la conmemoración del Año Florindo, que a lo largo del presente impulsará el ente municipal fontaniego.

El centro de la arriesgada obra pictórica mixta lo ocupa la portentosa imagen del Señor de la Humildad, titular de la cofradía homónima con sede en la Ermita del Postigo. La fotografía muestra la talla completa del Cristo, con el juego de potencias y corona de espinas de plata del siglo XVIII, sin caña, en un perfil buscado para poder apreciar el rostro. La soga al cuello, en varias vueltas, cuyos extremos caen por su lado izquierdo, tras la pierna en la que apoya el característico brazo en el que Jesús de la Humildad sostiene absorto su cabeza. Y como último detalle, una tela adamascada recubre la peña sobre la que Cristo toma asiento. Tras Él, un arrugado paño hace de telón de fondo.

La misma se trata de una fotografía inédita, realizada en los primeros años del siglo XX por Juan Nepomuceno Díaz Custodio, y muy probablemente la instantánea más remota de las que a la fecha se conocen del Señor de la Humildad.  

¿Y quién fue esta persona? Pues si al salir de “las monjas” usted enfila la calle Mayor, en la fachada de la casona que se sitúa a su izquierda podrá leer en un azulejo: Fábrica de electricidad, fundada en 1904 por Juan N. Díaz Custodio. Pues a este ecijano, nacido en 1875, debemos la preciada foto.

Licenciado en Derecho, que nunca ejerció, compaginó sus estudios superiores con los de Física, convirtiéndose en un destacado especialista en energía eléctrica. Fotógrafo aficionado, desde principios de siglo atesoró numerosos premios de certámenes fotográficos nacionales e internacionales. Instaló fábricas de electricidad en varios pueblos andaluces, entre ellos Fuentes, y experimentó en la aviación y en la radio.

Reconocido internacionalmente por sus retratos, Díaz Custodio dominó de forma inusual la técnica del contraluz, lo que para cualquier fotógrafo era un reto, consiguiendo dar bellísimos detalles en las sombras, siendo reconocido como el mejor retratista de la escuela sevillana.

Un hombre pionero en muchos campos, un erudito adelantado a su tiempo, que se postró ante la portentosa efigie del Señor de la Humildad para inmortalizarlo tal y como lo podemos observar y venerar en esta preciosa fotografía con más de un siglo de existencia.

Posiblemente sería en la sacristía de la Ermita, colocando al Señor sobre una pequeña mesita, tal como se observa en la fotografía original. Y no fue la única estampa inmortalizada, pues en el valiosísimo archivo de Díaz Custodio se conserva una segunda placa estereoscópica de un primer plano del Señor, a modo de retrato, en el que el Cristo se muestra sin potencias y con la soga o cordón hacía su lado izquierdo.

Don Juan, que era la forma en la que sus contemporáneos lo nombraban, era bisnieto de la fontaniega Pilar Armero Almazán –nacida en Fuentes en 1781– y nieto de Juan Nepomuceno Díaz Armero, a la sazón primo hermano y posteriormente cuñado de Francisco Armero Fernández de Peñaranda, el general Armero.

Coincidiendo con la instalación de la fábrica de electricidad de Fuentes, Juan N. Díaz trasladó su residencia a Fuentes durante un tiempo, acompañado de su mujer Lola Gálvez Lagrera, y una hermana de esta, Pastora.

Fue el 1 de enero de 1905 cuando quedaría inaugurado el primer servicio de alumbrado eléctrico público fontaniego, que había sido adjudicado en subasta pública en agosto de 1904 a Juan N. Díaz Custodio y José Piñero Fraile por un periodo de veinte años, únicos postores que concurrieron a la convocatoria. Y no era este el único hecho relevante que Fuentes gozaba en estos meses, rodeado de un panorama de penuria, hambre y una pertinaz sequía que provocó un desconsolador paro obrero. El 23 de septiembre de 1904, mientras los operarios de don Juan tendían el cableado eléctrico por las calles de Fuentes, en el barrio del Postigo las Hermanas de la Cruz inauguraban su convento, asentándose en el antiguo arrabal dieciochesco, aledaño a los viejos muros de la Ermita de San Francisco, la casa del Señor de la Humildad.

Pronto entablaron cariño y apego los Díaz Gálvez con las primeras hermanas que llegaron a Fuentes, en especial Pastora. Ello les llevó a conocer personalmente a sor –santa– Ángela de la Cruz en sus estancias en Fuentes y colaborar en el sostenimiento del nuevo cenobio fontaniego, y sería a través de las propias hermanas de la Cruz como Juan N. Díaz llegaría hasta el Señor de la Humildad, e inmortalizarlo. Muy probablemente, sería la primera cámara fotográfica de la historia que entrara entre aquellos paredones, y de tal forma quedaría prendado Díaz Custodio, que terminó formando parte de la nómina de hermanos de la Humildad, así como posteriormente algunos de sus hijos, los Díaz Gálvez.

Tal fue el reconocimiento y admiración del matrimonio Díaz Gálvez por la magnífica labor que las hermanas de la Cruz desarrollaban, que no cesaron en su empeño hasta conseguir que las hijas de sor Ángela abrieran casa en su Écija natal.

Francis J. González Fernández

  

NOTA: Mi gratitud a la familia de Juan N. Díaz Custorio, herederos de su legado, y a Julio Arturo Cerdá, custodio de la valiosísima colección fotográfica.

FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA:

ARCHIVO PARROQUIAL. Acta de bautismo de María del Pilar Armero Almazán. 13 de octubre de 1781.

CERRO RAMÍREZ, Jesús. I Centenario del alumbrado eléctrico en Fuentes de Andalucía. Revista de Feria de Fuentes de Andalucía 2005. 2005, IIª época, p. 43-45.

FREIRE GÁLVEZ, Ramón. D. Juan N. Díaz Custodio: Écija, de siglo a siglo. Écija: Gráficas Sol, 1994.

MORENO DE LOS RÍOS DÍAZ, Ramón y CERDÁ PUGNAIRE, Julio. Juan N. Díaz Custodio: el genio de la luz (1893-1912). Écija: Asociación Amigos de Écija, 2016.