SOBRE EL NOMBRE DEL BLOG

A medio cuarto de legua de la muy antigua villa de Fuentes, en el Reino de Sevilla, se levanta una fuente que desde siglos atrás fue el principal abastecimiento para la «manutenzión del común de estte vesindario». Ésta se surte a partir de un complejo sistema subterráneo de captación y conducción de aguas formado por dos manantiales o “minas”.

Rodeada de restos de distintos pueblos antiguos que habitaron estos lares, ya en 1599 aparece citada en las Actas Capitulares acordándose su reparo, y en 1690 el Cabildo Municipal acuerda hacer la fuente de piedra, para lo que contrata al cantero de Morón Antonio Gil.

A lo largo del siglo XVIII, varios miembros de la saga de alarifes de los Ruiz Florindo intervienen en el conjunto, ya que se continúan diversas reformas debido a la pérdida de suministro y a defectos en las conducciones.

Como en la Fuente de la Reina, otros manantiales y pozos de estas tierras llenas de historia siguen manando agua «buena y clara» desde tiempos remotos; características de un territorio que dieron el nombre a este maravilloso lugar del mundo que es Fuentes, de Andalucía.

martes, 6 de agosto de 2024

CON F DE FERIA

Y de Fiesta de la Ermita, y de Fuentes…

«Lámina en que hay inscripciones o figuras y que se exhibe con fines informativos o publicitarios» bajo una serie de premisas de coherencia tanto cromáticas como de contenido, y con un mensaje claro, sencillo y directo. Así define claramente la Real Academia Española de la Lengua la palabra cartel en su primera acepción, y eso es lo que he buscado a la hora del diseño de este collage digital cuyo resultado ha sido la obra plástica que ilustra el cartel anunciador de la Feria de Fuentes de Andalucía 2024, en la edición que recupera su nombre primigenio de Fiesta de la Ermita y que ha supuesto todo un reto personal, a sabiendas que ya recayó sobre mí tal responsabilidad en el año 2022, con aquel cartel rancio que tanto buena aceptación tuvo, y de cuya influencia he huido en esta nueva encomienda.

La composición de esta obra no es más que la culminación de una iniciativa que nacía en estas mismas páginas hace ahora un año, en la revista de 2023, donde publicaba un trabajo de investigación histórica bajo el título «La Ermita de la Fiesta», en el que analizada la historia y devenir de este singular edificio del barrio de «El Postigo» indisoluble, durante siglos, a la trayectoria de vida de la feria fontaniega. En aquellas páginas, lanzaba públicamente la iniciativa de la recuperación de la nominación histórica de la fiesta, que se perdería oficialmente en 1948 –setenta y cinco años atrás– pero que ha perdurado en el habla de las gentes de Fuentes por transmisión oral.

La Feria de Fuentes de Andalucía ha ido desarrollando en el devenir de su dilatada existencia una serie de modificaciones sustanciales de fecha, fines, denominación, hábitos, formas, imagen o formato, entre otros muchos condicionantes; pero hay una característica particular que se ha mantenido en el tiempo: el emplazamiento de su celebración, y de ahí su denominación primitiva, única y singular.

Si cierto es que la fiesta se repite en una línea de continuidad con el pasado, también lo es que simultáneamente se renueva, arrastrada a un proceso continuo de evolución y renovación marcado por la sociedad fontaniega de la época. Un desarrollo, y su consecuente transformación, que no ha influido en el emplazamiento de celebración de la fiesta, hasta el punto que el espacio se ha mantenido vacío, adaptado y urbanizado, bloqueando e influyendo en el crecimiento del núcleo urbano habida cuenta de la relevancia del mismo en la repetición cíclica de la fiesta.

En base a ello, y con objeto de preservar la singularidad que dotara de idiosincrasia en la nominación a la Feria de Fuentes de Andalucía, proveyéndola de cierta particularidad, en el mes de abril de 2024 emprendí los trámites para solicitar a la Corporación Municipal en pleno del Excmo. Ayuntamiento de Fuentes de Andalucía, la permanencia y difusión del nombre originario de la fiesta junto al actual, en la forma «Feria de Fuentes de Andalucía. Fiesta de la Ermita» en todos aquellos soportes nominativos, gráficos o documentación de relevancia que emanen del ente municipal con el objeto de brindar y lograr la permanencia en lo sucesivo.

La propuesta contó con la adhesión por escrito de D. Jesús Cerro Ramírez en calidad de cronista de la villa, la Hermandad de la Humildad como corporación impulsora de la fiesta originaria, asociaciones culturales, entidades afines a la fiesta y las casetas del Real fontaniego, a todos los que una vez más hago público mi agradecimiento por el respaldo brindado, convirtiendo tal proyecto en una instancia colectiva con un amplio respaldo social y ciudadano.

Iniciado el proceso administrativo, con el impulso del gobierno municipal, los técnicos municipales del Área de Cultura y Fiestas y la Secretaría General del Excmo. Ayuntamiento, la propuesta fue incluida como punto en el orden del día del pleno de la Corporación Municipal del 6 de junio de 2024, en el que tuve la grata oportunidad de intervenir para exponer la iniciativa, que sometida a debate y votación, fue aprobada por unanimidad de la Corporación, quedando nominada la celebración en lo sucesivo como «Feria de Fuentes de Andalucía. Fiesta de la Ermita».

Por todo ello, y una vez más, reitero mi gratitud al Sr. Alcalde, equipo de gobierno y los grupos municipales de NIVA y PSOE por el impulso y ejecución de la iniciativa, y a todos cuanto con su respaldo y adhesión lo han hecho posible.

De este modo, el nombre de la Feria – Fiesta de la Ermita tenía que estar muy presente en el cartel de 2024, en una composición gráfica que combina el ayer con el hoy, la historia con el presente, el pasado con la actualidad y la fotografía antigua con ilustraciones vectoriales. Un conjunto en el que claramente predomina la letra f, como inicial de la palabra Feria, y a su vez, de Fiesta de la Ermita. Esta última nominación que regresa, como los términos de Fuentes de Andalucía, han sido extraídos de la portada del programa de feria de 1945, manteniendo exhaustivamente tal tipografía.

Junto a los letreros preceptivos de nombre del festejo, lugar geográfico y fecha de celebración aparecen en la esquina inferior izquierda una serie de términos. Son los nombres de las veinte casetas que dan vida y cuerpo y llenarán de jolgorio, jarana, juerga y jaleo el Real de la Feria fontaniega en su edición de 2024.

El conjunto de textos descritos se completa con una serie de elementos gráficos en el que destacan cuatro fotografías antiguas. Entre ellas sobresale una de singular significación, tanto por lo que representa, como el lugar en el que está tomada: Cuatro jóvenes y niñas vestidas de flamenca, en la calle Humildad –epicentro del barrio de «El Postigo»–  con la Ermita de San Francisco al fondo, en un ambiente festivo, durante un día de Fiesta de la Ermita de finales de la década de 1940. Los propios alumbrados han servido para el recorte siluetado de la instantánea en la que de izquierda a derecha aparecen las hermanas Amparo, Manuela y Ana García Lora-Villar y Rosario Narváez Ostos. 


En la segunda de las imágenes aparecen dos niños montados en el típico caballito de cartón que el fotógrafo ambulante de turno colocaba en la puerta de la caseta del «Círculo de la Amistad» –hoy Peña Flamenca–, momento en el que las familias inmortalizaban a los más pequeños en una época en la que por lo general se iba a la feria más a mirar, que a gastar. De este modo he querido traer al cartel a los niños, que con tanta ilusión y deseo viven la fiesta en unos días de estallido de sensaciones y disfrute. Son los hermanos Cristóbal y Pepita Pilares Flores, símbolo también de esos niños que, con sus familias, tuvieron que emigrar a otras zonas de España en busca de trabajo, y que muchos de ellos, regresan al pueblo en estos días de feria.

Y por último, en el vértice inferior derecho aparecen dos imágenes solapadas. Una mariposa de los alumbrados efímeros que era el punto de partida de la Fiesta de la Ermita, y que formaba parte del primer arco que se instalaba «en la cruz», en la intercesión de las calles Lora, San Miguel y Cruz, y que posteriormente pasó a colocarse en la intercesión del Postigo, al inicio de la calle Humildad. Esta aparece sobre una instantánea de la rifa del cochino, otra de las tradiciones singulares de nuestra feria y que la Hermandad de la Humildad mantiene desde mediados del siglo XIX, que se originó como fuente de ingresos para financiar los cultos a la Virgen de Consolación y la Fiesta la Ermita. La imagen debe estar tomada el último día de la feria, ya que aparecen los bombos para el sorteo, así como la campana de mano para llamar la atención de los feriantes. Elementos que afortunadamente se conservan y usan con el mismo fin. Delante de las mesas aparece el propio cerdo, y tras ellas, los hermanos de la Hermandad con las papeletas en sus manos. Dos niños al fondo y tres varones en primer plano, siendo el del centro Manuel Herce González –Manolo Millán–, hermano mayor desde 1946 a 1989.

El cartel se completa con una serie de elementos gráficos vectoriales muy típicos y representativos de la feria: una guirnalda de farolillos, una peineta, un toldo de rayas de una caseta y el característico dibujo ornamental de las sillas y mesas sevillanas, que aparece bajo el nombre de fiesta. Un cúmulo de componentes peculiares que deberían preservar su permanencia en el exorno y embellecimiento de la feria.

Por último, y a modo de elementos complementarios, aparece sobre la letra f un clavel rojo que rompe la uniformidad cromática y, en la esquina superior derecha, unos círculos imperfectos que no son más que las marcas o cercos que dejan los vasos sobre las mesas y barras, en los cientos de momentos de compartir en la feria charla y copas con amigos y familiares.

En cuanto a la paleta de colores, predomina el color amarillo albero, tan ligado al piso del Real y, a su vez, a la ermita, que contracta con la tonalidad de las fotos en blanco y negro, y los matices verde y rojo que completan la proclama como medio estático y publicitario, anuncio inminente de la gran fiesta del verano para los fontaniegos y aquellos que regresan o visitan el pueblo en estos días.

Un cartel fresco, muy visual en el que convergen mis pasiones por el diseño gráfico y la fotografía antigua, por la historia y por la Fiesta de la Ermita, y que firmo como prólogo a ese «milagro de color, donde se adecuan luces y formas» que es la feria. A ese barrio efímero de la explosión de la alegría y exaltación de la amistad, del compartir, que toma vida en «El Postigo» para celebrar la vida, que no es poco.

Que llegue la feria con las ganas de todos los años, y que los chavales sigan diciendo que ha sido la mejor de su vida. Que llegue la feria que este cartel anuncia, y que vuelva a vestirse de luces «El Postigo» y endomingarse su Real.

A la Feria, fontaniegos, a la Fiesta de la Ermita. Al Postigo. A disfrutar.