El origen del Carnaval de Fuentes de Andalucía es prácticamente desconocido ante la ausencia de datos históricos en fuentes escritas, ya que se trataba de una celebración en la que el ente municipal ni organizaba ni se involucraba directamente, siendo una fiesta íntimamente relacionada con las clases más populares del pueblo, que antes de la cuaresma disfrutaban de una ocasión especial para divertirse dando rienda suelta a la imaginación y criticando al poder con sus particulares coplas, algo que acabaría incomodando a las clases dominantes y a la propia Iglesia católica.
Las investigaciones llevadas a cabo en las últimas
décadas y que han visto la luz en diversos trabajos, atestiguan mediante la
recogida de testimonios orales que ya en la década de 1920 el carnaval se
celebraba en las calles fontaniegas, habiéndolo hecho casi ininterrumpidamente
hasta la actualidad, incluso durante la segunda mitad de la dictadura
franquista.
El estallido de la Guerra Civil y sus consecuencias
políticas y sociales, provocaron que entre 1937 y 1954 –ambos inclusive– el
carnaval estuviera completamente prohibido, aun cuando hay testimonios que
aseguran que hubo ocasiones en las que se llevaron a cabo pequeñas
celebraciones en casas privadas al llegar el mes de febrero, en las que se
cantaban coplas carnavalescas.
Sería el año 1955 el que marcaría un hito en este periodo de prohibiciones, rubricando el inicio del resurgir del carnaval fontaniego. A principios de año, cuatro conocidos maestros de murgas se reunieron y, desafiando al régimen, deciden sacar adelante una agrupación, comenzando a ensayar coplas de forma clandestina sin tener la seguridad de que pudieran llegar a salir a las calles en febrero. Rebosantes de ganas de carnaval, no dudaron en acudir al alcalde, que previa revisión del repertorio y fijando una serie de normas, les permitió cantar por las calles, casinos y tabernas en los días previos a la cuaresma.
Al año siguiente comenzaron a salir algunas máscaras a
la calle haciendo tímidas incursiones hacia la Carrera, y sería el año 1957 el
de la consolidación de una nueva etapa del Carnaval de Fuentes de Andalucía, al
autorizarse por el poder local murgas y máscaras, siempre con estrechas normas
y no pocos altercados con la guardia municipal.
El hecho de la celebración de la fiesta en un contexto
político y social como el que vivía España en esos momentos, provocó que el
Carnaval de Fuentes de Andalucía se convirtiera en foco de atención de toda la
provincia de Sevilla, al tratarse de un caso excepcional que sobrepasaba
incluso los límites regionales.
Hay que tener en cuenta, que incluso ni en Cádiz, la
fiesta fue autoridad en el mes de febrero, trasladándose al verano y
posteriormente a mayo bajo la denominación de Fiestas Típicas Gaditanas.
Al margen de la particularidad de suma importancia de
su trayectoria histórica, el Carnaval de Fuentes de Andalucía posee una serie
de aspectos singulares que lo hacen único, y que en la suma de estos y otros
menores dan lugar a una fiesta ya no solo cargada de elementos lúdico-festivos,
sino digna de estudio por sus valores antropológicos e íntimamente ligada a
gran parte de la sociedad fontaniega durante al menos el último siglo y medio.
Estas características particulares, son:
1. El inicio de la fiesta: Jueves Lardero
2. El sabor del Carnaval: El Entornao
3. El lugar de la celebración: La Carrera
4. La protagonista autóctona: La máscara
5. El sonido de la fiesta: La murga
Un carnaval que, aunque ya era considerado histórico y
centenario, ahora queda probado documentalmente, tras el reciente hallazgo en
el archivo municipal, en el marco de unas investigaciones llevadas por el
cronista de la villa, Francis J. González.
En sesión capitular celebrada el 4 febrero de 1893 «el Ayuntamiento por unanimidad acordó
autorizar al Sr. Alcalde [el conservador Francisco Javier de la Escalera y
Fernández de Peñaranda] para que publique
un bando encaminado a que por las máscaras y demás vecinos de la localidad no
se comentan abusos en los próximos días de carnaval, y castigue a los
contraventores con las multas que la ley municipal autoriza».
El de Fuentes es posiblemente uno de los carnavales que conservan mejor su esencia histórica, lo que le hizo ser distinguido como Fiesta de Interés Turístico. Una fiesta que en 2021, como ocurriera desde 1937 a 1954, el pueblo vivirá de puertas adentro y –en esta ocasión–, a través de las redes sociales. Del mismo, lejos de grandes concentraciones, el Centro de Interpretación del Barroco acogerá una magna y pionera exposición de la fiesta.
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