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A medio cuarto de legua de la muy antigua villa de Fuentes, en el Reino de Sevilla, se levanta una fuente que desde siglos atrás fue el principal abastecimiento para la «manutenzión del común de estte vesindario». Ésta se surte a partir de un complejo sistema subterráneo de captación y conducción de aguas formado por dos manantiales o “minas”.
Rodeada de restos de distintos pueblos antiguos que habitaron estos lares, ya en 1599 aparece citada en las Actas Capitulares acordándose su reparo, y en 1690 el Cabildo Municipal acuerda hacer la fuente de piedra, para lo que contrata al cantero de Morón Antonio Gil.
A lo largo del siglo XVIII, varios miembros de la saga de alarifes de los Ruiz Florindo intervienen en el conjunto, ya que se continúan diversas reformas debido a la pérdida de suministro y a defectos en las conducciones.
Como en la Fuente de la Reina, otros manantiales y pozos de estas tierras llenas de historia siguen manando agua «buena y clara» desde tiempos remotos; características de un territorio que dieron el nombre a este maravilloso lugar del mundo que es Fuentes, de Andalucía.
sábado, 6 de agosto de 2011
LA PILA DE SANTA MARÍA LA BLANCA
Los resultados de estas inspecciones se conservaban por escrito en los archivos parroquiales, y en el caso propio de Fuentes de Andalucía en el Archivo Parroquial de Santa María la Blanca, en los llamados Libros de Mandatos de Visita, donde se dejaba constancia mediante acta de lo visto por el inspector y las recomendaciones formuladas, a fin de garantizar su cumplimiento, y que junto a los Libros de Cuentas de Fábricas son una fuente inagotable de datos históricos.
De este modo, el arzobispo de Sevilla D. Jaime de Palafox y Cardona cursó visita a la Parroquia de Fuentes en 1687, y en sus mandatos fechados a 7 de noviembre del citado año, dicta “que la pila bautismal se haga de piedra jaspe [1] o mármol y en medio de ella se haga una taza de la misma materia que tenga como media vara en círculo y en medio un sumidor por donde se consuma el agua que caiere de la cabeza del bautizado y se tape el sumidor con botón de piedra para que no salgan inmundicias a la taza”, así como “que en la testera principal de la capilla del Bautismo se pinte en la pared, o en lienzo el bautismo de Ntro. Señor” [2].
El Vicario de Fuentes, D. Sebastián de Góngora y Gutiérrez, fiel a las directrices del ordinario del lugar, acató tal mandato y en los años sucesivos procedió al encargo y ejecución de la nombrada pila, que desde finales del siglo XVII se conserva en la Capilla del Baptisterio de la Iglesia Santa María la Blanca, templo que por su carácter de parroquial era el único autorizado en la villa para poseer tal recipiente en el que los recién nacidos habían de recibir el sacramento del Bautismo.
“Y se puso en su sitio y lugar viernes diez y seis días del mes de noviembre de este presente año de mil seiscientos noventa y uno, y se echó la primera agua en lunes diez y nueve de dicho mes y año, la cual bendijo el dicho vicario con toda solemnidad, hallándose en dicha bendición todo el clero de dicha iglesia” [3].
Clerecía que estaba conformado por D. Alonso Pilares y Atoche, Comisario del Santo Oficio y Mayordomo de la fábrica de dicha iglesia, los curas del templo D. Francisco Páez Cordero, D. Pedro de Ostos, D. Andrés Gamero, D. Luis Conde y Ostos y D. Gabriel Antonio de Ostos Tamarit; D. Fray Gonzalo de Tejada, de la Orden del Sr. San Antonio Abad; Luis de Lora, sacristán mayor; José García de Atoche, clérigo de menores órdenes y sacristán menor y Justo Parejo Buenos Años, organista. Faltaron del clero por estar ausentes el cura beneficiado D. Gonzalo de Torres y Mantilla, el presbítero D. Antonio Cid y Aranda, D. Antonio de León Carmona, cura de la villa de La Monclova y Mn. Ruiz, clérigo de menores órdenes.
La piedra de jaspe con la que se realizó la citada pila provenía de una cantera localizada en el cortijo del Pozo Amargo, en el término de la villa de Morón, corriendo a cargo del maestro de cantería y vecino de la ciudad de Écija Blas Martín las tarea de obtener la piedra de la cantera y labrarla, cuyo coste total ascendió a mil cien reales de vellón (ochocientos por extraer la piedra y labrarla y los restantes trescientos por su traída y colocación), “los cuales se juntaron de limosna entre los vecinos de esta dicha villa de Fuentes tan solamente pedidos dentro de esta” y recogida por el Vicario y otros eclesiásticos.
Se tiene constancia que con piedra de la misma cantera de Pozo Amargo el cantero moronense Antonio Martín labró las pilas bautismales de las iglesias de San Pedro y San Bartolomé de la ciudad de Carmona, según contrato firmado en 1692 [4], en fecha posterior a la ejecución de la pila de Fuentes.
Como dato curioso, y a pesar de encontrarse pendiente de ejecución y colocación la nueva pila por mandato del Obispo desde 1687, la rotura de la primitiva el 21 de febrero de 1690 provocó el inmediato acatamiento de las directrices exigidas desde 1687 en la visita del prelado.
La antigua era una pila de barro vidriado verde que llamaban “la pila verde”, la cual quebró en la fecha citada “un monacillo llamado Luis de Vergara casualmente al quitarle la tapa dicho día veintiuno de febrero dicho año [1690], para hacer un bautismo, y desde este dicho día hasta el que se puso la pila de jaspe encarnado sirvió de pila de bautismo una pileta de mármol blanco que está junto al coro sobre el pie de la pila verde quebrada”.
Al término del citado acto de bendición, “en acción de gracias a Dios Ntro. Señor y a la gloriosa siempre Virgen María se cantó solemne-mente un Te Deum Laudamus con la oración Pro Gratiar Actione de Ntra. Señora por haberla librado de todo riesgo y peligro al quebrarse”.
Del mismo modo, la jerarquía eclesiástica local, siguiendo los mandatos de visita, encargó e instaló en la capilla del Baptisterio en la misma fecha un cuadro de lienzo representando a San Juan Bautista bautizando a Cristo en el Jordán, obra pictórica que afortunadamente también se conserva en la actualidad.
Cinco días después de la bendición de la nueva pila, el martes 20 de noviembre de 1691, el niño Antonio José, hijo de Juan Rodríguez de León y Josefa Gascón [5] era el primer fontaniego que recibía el sacramento del Bautismo en dicha pila, que durante más de tres siglos ha sido vínculo de unión común para todos los nacidos en esta tierra, sin distinción de clases ni condiciones, desde gente humilde y trabajadora hasta grandes en la historia de España que ha dado Fuentes durante las últimas centurias.
Hay que tener en cuenta que la ubicación original de la pila en cuestión no era la actual capilla del Baptisterio, situada a los pies del templo en la segunda nave del Evangelio y construida en el siglo XVIII. Concretamente la obra de la citada capilla se aprobó por decreto el 13 de marzo de 1764, según los diseños y presupuestos del maestro alarife Alonso Ruiz Florindo, cifrándose las mismas en 18.064 maravedíes y por la que se otorgó carta de pago el 23 de agosto de 1765 [6].
En los últimos años del siglo XIX, procedente de la primera nave de la Epístola, se instaló en la capilla un recompuesto retablo de banco neoclásico, presidido por un lienzo de grandes dimensiones de la Coronación de la Virgen con pinturas de San Juan Evangelista y Santiago Apóstol en las calles laterales, pasando el cuadro del Bautismo del Señor a un lateral de la capilla.
NOTAS:
1) JASPE: (Del lat. iaspis, y este del gr. ἴασπις). 1. m. Piedra silícea de grano fino, textura homogénea, opaca y de colores variados, según contenga porciones de alúmina y hierro oxidado o carbono. / 2. m. Mármol veteado.
2) (A)rchivo (P)arroquial Sta. Mª la Blanca de (F)uentes de Andalucía. Libro de Mandatos de Visita.
3) A.P.F. Libro 11 de Bautismos. Folio 151 y 151 vº.
4) MIRA CABALLOS, Esteban y DE LA VILLA NOGALES, Fernando: Carmona en la Edad Moderna. Muñoz Moya Editor, 1999. Pág. 207.
5) A.P.F. Libro 11 de Bautismos. Folio 152.
6) APF. Libro de Cuentas de Fábrica, año 1762, folio 70.
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