En el IV Centenario del fallecimiento del “Príncipe de los
Ingenios”: don Miguel de Cervantes Saavedra.
El calendario cultural nacional de 2016 está siendo
protagonizado por la celebración de los 400 años de la Muerte de Miguel de
Cervantes Saavedra (1547-1616), máxima figura literaria española y padre de la
novela contemporánea, y a cuya figura y obra fue dedicada la XXIº Feria del
Libro de Fuentes de Andalucía, acontecida el pasado mes de abril, entre otras
iniciativas conmemorativas auspiciadas por el ente municipal y los centros
educativos.
La azarosa vida de Miguel de Cervantes, enhebrada en cada
uno de los dispares escenarios geográficos en los que se desarrolló -de Alcalá
de Henares a Sevilla, de Madrid a Roma, de Nápoles a Argel…- hace que Cervantes
sea un bien cultural reivindicado desde cada uno de los puntos cardinales, no
solo de su biografía, sino de los que aparecen en sus inmortales escritos,
desde las Novelas Ejemplares al coloso de El Quijote, donde quiso dejar
constancia de su profundo conocimiento de la geografía ibérica.
Lo cierto es que Cervantes vivió, vagó y penó durante quince
años en la Andalucía de finales del siglo XVI. Desde 1587, Cervantes recorre
Andalucía sin rumbo fijo, dedicado a otros menesteres bien distintos a la
literatura: los propios de un comisario de la Corona, primero para el acopio de
trigo, luego de aceite para el abastecimiento de la Armada de Felipe II, y
finalmente como recaudador de dineros impagados [1].
Viajando de pueblo en pueblo por Andalucía, conoció de
primera mano a pícaros, delincuentes, mercaderes, ricachones, moriscos y
gitanos que aparecerán después poblando sus obras, y aún sin documentar,
excepto en una ocasión, es hipotéticamente muy probable el paso continuado de
Cervantes por Fuentes al situarse geográficamente la villa en el discurrir del
Carril de la Lana, principal vía de comunicación de la época que unía el centro
con el sur peninsular, y a su vez, importantes ciudades y poblaciones de la
época como Córdoba, Écija, Carmona y Sevilla, en las que se desarrollaron
muchos de los días de la vida de Cervantes en Andalucía.
El Carril de la Lana
Si desde la dominación romana la Vía Augusta había
constituido la principal y más importante vía de comunicación que discurría por
las cercanías del lugar de Fuentes, conocida como Al-rasif o Arrecife en la
época musulmana, es en la primera mitad del siglo XVI cuando, por primera vez,
aparece documentalmente un nuevo trazado que influiría de forma considerable en
el desarrollo y auge de la naciente villa de Fuentes y que sería conocido como
Carril o Ruta de la Lana. La significativa localización geográfica como punto
de paso en una importante vía de comunicación, provocó que Fuentes recibiera
importantes personalidades históricas de la época, que ya he recogido en otros
trabajos de investigación publicados; casos como los del rey Fernando el
Católico en 1508, el emperador Carlos I en 1526, el príncipe Cosme III de
Médici en 1669, los hijos del rey Felipe V en 1729, el infante Carlos de Borbón
–futuro Carlos III– en 1731, el rey Felipe V y la familia real en 1733,
Fernando VII en 1823 o el general Espartero –regente del reino– con sus tropas
en 1843, llegando en mucho de los casos a pernoctar en la villa [2].
Fernando Colón, hijo del descubridor, realizó en torno a
1517 un conjunto de noticias geográficas que darían lugar a su obra Descripción
y Cosmografía de España. En ella aparecían dos caminos para unir Sevilla y
Córdoba con Toledo, Madrid y Alcalá de Henares, en el centro de la Península,
recogiendo dos trazados para desplazarse entre Córdoba y Sevillla: uno por la
margen derecha del Guadalquivir, y otro por Guadalcázar, Écija, Fuentes,
Carmona y Sevilla, atravesando la villa fontaniega a través de la entonces
calle Mayor.
Así lo cita expresamente Colón: «Sevilla es ciudad de
treinta mil vecynos e fasta alcala de henares ay ochenta e tres leguas e van
por carmona seys leguas e por huentes quatro leguas e por ecija cinco leguas e
por cordoba e por ademuz e por almodovar del rio e por caracuel e por cibdad
real e por malagon e por mançaneque e por mora e por guerta e por Ocaña e por
chinchon e por arganda».
Es también en la centuria del XVI cuando aparecen los
primeros repertorios de caminos, posiblemente las primeras publicaciones
europeas con carácter utilitario, a modo de guías de viaje, que aportaban
valiosa información sobre los caminos existentes y su estado de conservación.
De este modo surgen los trabajos de Pedro Juan Villuga en
1546 y Alonso Meneses en 1576. Ambos recogen el camino para ir de Sevilla a
Córdoba que pasaba por Fuentes y que ya citara Colón, añadiendo los lugares
geográficos de la Venta del Alvar, entre Carmona y Fuentes, y la Venta del
Palmar, entre Fuentes y Écija.
Estos itinerarios se consideraban los más rápidos para los
desplazamientos y eran los que probablemente se encontraban en mejores
condiciones.
En 1727, Pedro Pontón sigue localizando a Fuentes como lugar
de paso obligado en el camino de Madrid a Sevilla [3].
Cervantes en Fuentes
A las pruebas documentales ya conocidas y estudiadas, se
adhieren recientes hallazgos de investigadores que en suma constatan la
presencia de Cervantes en el desarrollo de su oficio en pueblos y ciudades de
la campiña sevillana, a saber: Écija (1587-1589), Paradas (1588), Carmona (1588
y 1590), Utrera (1592), Arahal (1592), La Puebla de Cazalla (1593), Marchena
(1588, 1590 y 1592), además de Osuna, Morón o Estepa entre otros.
De su azarosa vida por estos lares, en la que tendría que
recorrer una y otra vez el ya citado Carril de la Lana, pasando por la villa
señorial de Fuentes, solo hay constancia de su paso por ella en su venida a
Sevilla como comisario, en 1587.
Según narra el catedrático Miguel Herrero García en su obra
Vida de Cervantes [4]: «La penúltima jornada terminaba en Carmona. Por la
mañana recorrió las dos leguas y media entre Écija y la Venta del Palmar, y la
legua y media que desde esa última había al pueblo de Fuentes. Comido que
comió, prosiguió hacia la Venta del Albar, y al caer la noche estaba en
Carmona».
Como se expone antes, lógicamente no sería la única vez que
Cervantes estuvo en Fuentes en los años que anduvo de un lugar a otro de
Andalucía desempeñando su empleo –pasando desapercibido–, y tal como bien cita
nuestro compañero Juan Diego Mata Marchena en la obra Trigo y Aceite para la
Armada. El Comisario Miguel de Cervantes en el Reino de Sevilla. 1587-1593 [5],
nos situamos en una etapa de la vida de Cervantes en la que todavía “no era
Cervantes, cuando apenas era conocido como escritor”, siendo un mero comisario
de la Corona.
El Fuentes de la época
¿Cómo era el Fuentes que conociera Miguel de Cervantes? A
finales de la centuria de XVI la villa contaba con 477 casas, 490 vecinos y
2.534 personas la habitaban, contabilizándose 481 vecinos pecheros -los
ciudadanos que tenían obligaciones tributarias- [6].
En 1587, la titularidad del Señorío correspondía a la viuda
de D. Álvaro de Fuentes y Guzmán, IXº Señor, Dña. Aldonza de los Ríos Acevedo,
«señora y gobernadora de esta villa de Fuentes por D. Gomez de Fuentes y
Guzmán, mi hijo, señor de ella», que para el citado año, había nombrado
Gobernador y Justicia Mayor a Bartolomé Rodríguez, y como Alcaldes Ordinarios a
Cristóbal Gómez Tortolero y Andrés de Morales [7].
La fisonomía arquitectónica del lugar difería bastante a la
villa barroca que se configuró en los siglos XVII y XVIII, predominando el
lugar el Castillo del Hierro -Palacio de los Señores- y una naciente Iglesia
Parroquial Santa María la Blanca en construcción, primera de las grandes actuaciones
patrocinadas por la Casa de los Fuentes, que en las primeras décadas del
siguiente siglo iniciarían las fundaciones de los Conventos Mercedarios, tanto
en la rama masculina (1607) como femenina (1620), así como la Ermita de San
Francisco en el arrabal del Postigo del Carbón
(1654).
Era un núcleo de señorío, de carácter agrario y ganadero, en
la que la mayor parte de las tierras productivas del término se destinaban a la
sembradura de trigo, cebada y avena, así como a la producción de aceite
procedente de las tierras de olivar. Un término propio del que, tras siglos de
disputas, Fuentes gozaba desde 1558, cuando la Corona vendió a don Álvaro de
Fuentes media legua alrededor de la villa de Fuentes del término de Carmona
para que en adelante fuera término del lugar de Fuentes, y concediendo a los
Señores jurisdicción civil y criminal sobre el lugar y sus moradores.
La villa se encontraba barreada, es decir, cercada,
controlando así los accesos en épocas de epidemias contagiosas, principalmente
la peste. Solo se permitía el paso a través de las puertas de Marchena y del
Monte, impidiendo el paso libre a través de la de Sevilla, por ser muy
peligroso ya que los viajeros de ella y de Carmona podían traer el contagio de
la enfermedad, según consta en el acta municipal del 2 de marzo de 1583 [8].
Sea como fuere, cierto es que andar, anduvo por estos lares,
y al parecer, comer, comió; y posiblemente bien lo hiciera en más de una
ocasión al amparo de los muros del viejo y modesto mesón sito hipotéticamente
en la calle Mayor, lugar de paso obligado, y regentado por los fontaniegos Juan
Caro, Cristóbal Aguilar o Juan Aguilar [9].
Y con la charla de algún que otro lugareño, el Cervantes que aún no era
Cervantes gozaría del buen yantar con pan con queso, conejo, perdices, migas,
gazpacho o unas gachas, y seguro, eso sí, regado con una jarra de vino peleón.
NOTAS:
1] CARMONA DOMÍNGUEZ, José María: Un tal Miguel de Cervantes
vino a Carmona en febrero de 1590. En AA.VV.: Trigo y Aceite para la Armada. El
Comisario Miguel de Cervantes en el Reino de Sevilla. 1587-1593. Sevilla:
Diputación de Sevilla, 2015. Pág. 35.
2] Para conocer más, GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, Francis J.: Fuentes
de Andalucía, una mirada al pasado. Tomo II. Fuentes de Andalucía, 2013. Págs.
30-41.
3] MENÉNDEZ MARTÍNEZ, J.M.; GIL GARCÍA M.M. (Dir.): El
Camino de Andalucía. Itinerarios históricos entre la meseta y el valle del
Guadalquivir. Madrid: Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medios
Ambiente, 1993.
4] HERRERO GARCÍA, Miguel: Vida de Cervantes. Madrid,
Imprenta Nacional, 1948. Pág. 462.
5] MATA MARCHENA, Juan Diego: Cervantes no era Cervantes. En
AA.VV.: Trigo y Aceite para la Armada. El Comisario Miguel de Cervantes en el
Reino de Sevilla. 1587-1593. Sevilla: Diputación de Sevilla, 2015. Pág. 14.
6] GONZÁLEZ, Tomás: Censo de población de las provincias y
partidos de la Corona de Castilla en el siglo XVI. Madrid: Imprenta Real, 1829.
Pág. 334.
7] CERRO RAMÍREZ, Jesús: La villa de Fuentes. 1578-1800.
Fuentes de Andalucía, 2011.
8] Ibídem. Pág. 60.
9] Ibídem. (Citas explícitas en Actas Capitulares del
Archivo Municipal de Fuentes de Andalucía. 20 de Octubre 1589. Cabildo para […]
Librar a Cristóbal Aguilar, mesonero, las costas que hizo con unos soldados. 19
de Junio 1595. Cabildo para tratar […] La petición de Juan Aguilar, mesonero. 6
de Junio de 1597 […] Cabildo para acordar pagar la cena que los soldados del
capitán Juan Bocanegra hicieron en el mesón de Juan Caro).
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