Comunicación presentada por Francis J. González Fernández en las
XI Jornadas de Historia y Patrimonio sobre la provincia de Sevilla
«La nobleza sevillana en el Antiguo Régimen. Siglos XIII-XVIII»
organizadas por la Asociación Sevillana de Cronistas e Investigadores Locales (ASCIL)
Antigua Universidad de Osuna · 25 de Octubre de 2014
El
lugar de Fuentes, equidistante de las importantes ciudades de Sevilla y
Córdoba, y a su vez de los no menos destacados núcleos de población de Carmona
y Écija, aparece incluido en el alfoz que el 2 de abril de 1255 los primeros
pobladores cristianos de la recién conquistada villa de Carmona recibieron por
privilegio del rey Alfonso X [1], en el extremo oriental de lo que en la Edad
Media era el término de Carmona, a poca distancia del territorio de Écija, al este,
y del de Marchena, al sur.
A
lo largo del siglo XIV el término carmonense, que era de realengo, fue
sufriendo importantes segregaciones por un proceso de señoralización. Caballeros
y señores fueron recompensados generosamente por el rey Alfonso XI con tierras
y lugares por sus servicios militares a la Corona, menguando drásticamente el
extensísimo alfoz de Carmona.
Ciertamente
no se conoce cuándo Fuentes fue excluida de la jurisdicción de Carmona,
teniendo como primera referencia que fue propiedad de Rui Pérez Ponce de León,
casado con Isabel de la Cerda, que murió sin hijos en 1354. El 12 de junio de
1335, Rui cedió unas casas en Carmona, el lugar de la Argamasilla y el castillo
de Fuentes como dote a su sobrina Urraca Alfonso de Portugal, al casar ésta en
segundas nupcias con Alvar Pérez de
Guzmán, señor de Olvera, que fue alcaide de Tarifa y alguacil mayor de
Sevilla y descendiente de los Medina Sidonia [2].
Estas
posesiones pasaron a engrosar el patrimonio familiar y formaron la herencia que
recibió su hijo Pedro Núñez de Guzmán, casado con Aldonza de Toledo, señora de Orgaz,
y de éstos a su hijo Martín Fernández de Guzmán, alguacil mayor de Toledo y
señor de Orgaz, que lo vendió el 20 de enero de 1374 a Alonso Fernández de
Sevilla y a su esposa Isabel de Belmaña, hija de Guillén de las Casas, tesorero
mayor de Andalucía, fijando el precio de venta en la cantidad de 1.600 doblas
moriscas «de buen oro». Curiosamente
esa cantidad era la que Isabel de Belmaña había recibido como dote al casar con
Fernández, y con cuyo importe éste compró el lugar de Fuentes, que se limitaba
al castillo y el reducido caserío, sin territorio a su alrededor [3].
«En el Nombre de Dios amen, e de la
Virgen Santa María su Madre: Sepan cuantos esta carta vieren como yo Martin
Fernández de Guzmán, hijo de D. Pedro Núñez de Guzmán, vecino que soy en la muy
noble ciudad de Sevilla, otorgo e conozco q. vendo a voz Alonso Fernández,
criado del Rey, veinte e cuatro de esta ciudad de Sevilla q. estades presente e
recibides esta compra, e todos estos otorgamientos, e promiciones, e
obligaciones que esta Carta son contenidas a voz Isabel de Bezmaña su mujer de
dicho Alonso Fernández, vecinos que sodes de esta dicha ciudad de Sevilla ala
Collación de Sanz Juan, combien a saber: El mi lugar de Fuentes que es en el
Arzobispado de Sevilla, con todos sus vasallos, e con todo su Señorío Real, e
con la Justicia Criminal e Civil en nuestro suelo imperio, según que oyó hiceme
es debido y otorgado, y on todas sus Rentas, e Tributos e derechos, e con todos
mis términos, y con todas sus tierras para pan, e otras tierras cualesquiera
que hay son, e con su Torre y Cortijo, y con todos sus prados y pastos, y
dehesas e montes, e jaras, e fuentes, e pozos y aguas corrientes y manantes, y
estanques e con todos los dichos bienes q.e al dicho lugar de Fuentes
pertenecen deben en cualquier manera e por cualquiera razón según q.e hoy dia
lo he e lo poseo, e según que mas cumplidamente lo obeerin e lo proseyeron en
su vida D. Albar Pérez de Guzmán mi Abuelo y el dicho D. Pedro Núñez de Guzmán
mi padre que Dios perdone, cuyo fue el dicho lugar de Fuentes e de quien yo el
dicho Martin Fernández lo obe e lo heredé…»[4].
El
19 de junio de 1378, Alonso Fernández y su mujer Isabel de Belmaña, con
licencia de Enrique II, fundan un mayorazgo formado por los siguientes bienes:
el castillo y lugar de Fuentes y las casas principales del linaje situadas en
la collación de San Marcos de Sevilla [5], procediendo de la institución de
este mayorazgo la Casa de los Señores de Fuentes.
El
heredero sería su primogénito Francisco Fernández, a quien se le impusieron una
serie de condiciones que tendrían que cumplir si quería recibir el mayorazgo,
entre las que destacan las siguientes: no podría vender, ni cambiar, ni
enajenar los bienes, los cuales debería transmitirlo por línea de
primogenitura, siempre que fuese varón nacido de legítimo matrimonio y, solo en
caso de faltar éstos, podrían suceder las hembras. El heredero además quedaba
obligado a tomar el apellido de Fuentes y las armas «que son cinco flores e calderas enrededor», las cuales han sido
utilizadas por el Ayuntamiento de la localidad como escudo de la villa hasta
principios del siglo XXI.
Como
ya se ha mencionado en las imposiciones al heredero, Alonso Fernández cambió su
apellido de Sevilla, según el derecho que habían recibido del rey a ser
llamados de Fuentes, su nueva y más importante posesión, siendo durante estos
años cuando los Fernández establecen una sólida alianza matrimonial con varios
miembros del linaje de las Casas que le van a proporcionar importantes dotes.
Alonso
Fernández emprendió el repoblamiento por esos años de Fuentes, hasta el punto
de que en 1399 alcanzó 100 vecinos francos, entre unos 300 y 600 habitantes. Se
ocupó también de obtener cargos y oficios en Sevilla, donde fue nombrado
caballero veinticuatro [6] de su consejo, y ejerció de mayordomo de la ciudad
durante los años de 1372 y 1376-77, ocupando también, en 1377, el oficio de
recaudador de la derrama que Sevilla hizo para comprar pan y armar dos galeras [7].
Los
Fuentes se habían integrado plenamente en la oligarquía sevillana, como lo
demuestran los cargos que el fundador del señorío ejercía en el Consejo de la
ciudad hispalense, lo que le van a permitir casar a su hijo y sucesor,
Francisco Fernández, con Catalina Marmolejo, hija de Alonso Fernández
Marmolejo, contador de Sevilla y señor de Bornos, poderoso personaje de gran
influencia en la ciudad en el último tercio del siglo XIV.
Sin
embargo, los sucesores de Francisco Fernández de Fuentes se van a orientar más
hacia Écija que hacia Sevilla. Al convertirse el lugar y castillo de Fuentes en
centro fundamental de sus posesiones, sus intereses se centrarán casi por
completo en la ciudad astigitana, aunque nunca abandonarían del todo su
intención de participar en la vida política de la urbe hispalense. Éste fue el
caso del III señor, Pedro de Fuentes,
sucesor de Francisco Fernández, que casó con Beatriz Maraver, la cual procedía
de rica familia de la nobleza ecijana, y de su hijo Gómez, que al enviudar de
su primera esposa, Blanca de Sandoval, contrajo matrimonio en segundas nupcias
con María de Zayas, hija del caballero Alfonso de Zayas, regidor de Écija, y de
Constanza de Saavedra, unas de las familias más poderosas de la ciudad
astigitana en la segunda mitad del siglo XV [8].
Desde
la repoblación de Fuentes por parte de los primeros Señores, éstos realizaron
amplios esfuerzos para conseguir un ámbito territorial y jurisdiccional para su
señorío con la oposición del Concejo de Carmona, ya que ni Alfonso XI, ni
tampoco Enrique II, habían dotado de término al lugar que nos ocupa.
En
1416, una sentencia pronunciada contra Francisco Fernández de Fuentes, concluye
atestiguando que la aldea que había surgido junto al castillo no había tenido
jamás término alguno. Los sucesivos señores de Fuentes, no conformes con el
contenido de la sentencia que limitaba su jurisdicción «hasta las paredes del dicho lugar a fuera», trataron a lo largo
del siglo XV de ampliar su término sobre el territorio más próximo a la aldea,
en concreto, sobre la zona del Algarbejo, perteneciente a Carmona, en la que se
llegaron a plantar viñas y sobre las que impusieron un tributo especial, hasta
que en 1495, y tras diversos incidentes, pudo Carmona recuperar esas tierras [9].
No
obstante, la extensión del término fue incrementándose a través de la ocupación
de diversos territorios, teniéndose constancia de ello a través de la diversa
documentación existente en el Archivo Municipal de Carmona de pleitos y
litigios emitidos por la ocupación de tierras.
En
muchos de los casos las apelaciones de Carmona no tuvieron éxito. En 1522 la
Audiencia de Granada concedía al señor de Fuentes jurisdicción civil y criminal
en un radio de más de cien pasos alrededor de la villa de Fuentes, y autorizaba
a sus vasallos a aprovecharse del término de Carmona.
Finalmente,
el 23 de julio de 1558, la infanta Juana, en nombre de su hermano el rey Felipe
II, vendió a Álvaro de Fuentes media legua [10] alrededor de la villa de
Fuentes del término de Carmona, para que en adelante fuese término del lugar de
Fuentes, y concediendo a los señores jurisdicción civil y criminal sobre el
lugar y sus moradores. Estas tierras, que se enajenaron del territorio de Carmona
para formar parte del nuevo término de Fuentes, se hallaban limitadas por «la senda que dicen de los olleros, que va
partiendo el dicho camino e amojonando desde el dicho término de Marchena hasta
dar en el arrecife que va de Carmona a Écija» y los antiguos linderos entre
Carmona, por una parte, y Écija, La Monclova y Marchena, por otra [11].
Desde
un principio, el señor y sus vasallos en la aldea actuaron para formar de hecho
un término de Fuentes, cada una de las partes impulsadas por sus propios motivos:
los señores, por su deseo de extender al máximo su señorío jurisdiccional y
aumentar las rentas que percibían, y los vasallos, por la oportunidad de
engrosar sus propiedades mediante la roturación y plantación de terrenos
baldíos. La fuerza de los hechos se impuso a la legalidad, y los pleitos
ganados por Carmona no pudieron impedir que la Corona legitimara lo que ya se
había consumado [12].
El
14 de enero de 1603, Felipe II concede a Gómez de Fuentes Guzmán y de los Ríos,
señor de la villa y caballero de Santiago, hijo del IX señor de Fuentes, el
Marquesado de Fuentes.
La Real Carta de creación del título de marqués de Fuentes, expedida a
favor de Gómez de Fuentes y Guzmán, dice
así: «D. Felipe, por la gracia de Dios,
Rey de Castilla, de León, de Aragón, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de
Portugal, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de
Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén,
de los Algarbes, de Algeciras, de
Gibraltar, de las Islas Canarias, de la Indias Orientales y Occidentales y
señor de la tierra y mar océano, archiduque de Austria, duque de Borgoña, de
Bramante y de Milán, de Flandes y Tirol y Barcelona, señor de Vizcaya y de
Molina. Por salud, bien y merced a vos D. Gómez de Fuentes y Guzmán , acatando
los muchos y buenos servicios que nos habéis hecho y esperamos nos haréis y por
más honrar y sublimar, tenemos por bien y honra, merced y voluntad que
ahora y de aquí adelante os podáis
llamar e titular y os llaméis y tituléis
y llamamos e titulamos Marqués de Fuentes y por esta nuestra casa mandamos a
los infantes, prelados, duques, marqueses, condes y ricos hombres, priores de
las Órdenes, comendadores y subcomendadores, alcaldes de los castillos y casas
de nuestros reinos y a los de nuestros consejos, presidente y oidores de
nuestras audiencias, alcaldes y alguaciles de nuestra casa y corte y a todos
los concejos, corregidores, asistentes, gobernadores y otros y nuestros jueces
y justicias, personas de más estado, condición, preeminencia o dignidad que
sean nuestros vasallos directos y naturales, así a los que ahora son como a los
que en adelante fueren y a cada uno de ellos que os hayan, tengan y llamen
Marqués de la Villa de Fuentes y os guarden y hagan guardar todas las gracias,
mercedes, franquicias y libertades, preeminencias, ceremonias y otras cosas que
por razón de ser marqués debéis usar y gozar y os deben ser guardados, todo
bien y cumplidamente sin faltaros cosa alguna y si de ello quisierais nuestra carta
de privilegio, mandamos a nuestro canciller, notario y escribanos mayores de
los nuestros privilegios y confirmaciones y a los otros oficiales que están a
la tabla de nuestros sellos que os la den, libren, pasen y sellen dicha carta,
la más firme y bastante que les pidiéredes y
menester hubiéredes.
Dada en Valladolid a catorce de Enero de
mil seiscientos y tres años.
Yo el Rey. Yo Juan Ruiz de
Velasco, Escribano del Rey nuestro señor, la hice escribir por su mandado. El
Conde de Miranda. El Licenciado Núñez de Bohórquez. D. Alonso Agreda. El
Licenciado D. Alonso de Benavides. El Licenciado Fernando Carrillo. Martín
Oyaal de Vergara» [13].
Estos importantes acontecimientos
en el seno de la familia del señor de la villa formaron parte, como en otras
tantas ocasiones, de la vida municipal. Así, cuando el Cabildo conoce la
concesión por parte de Su Majestad el rey Felipe III del título nobiliario de marqués
de Fuentes a Gómez de Fuentes y Guzmán, IXº señor de la villa, proclama,
mediante el pregón correspondiente, la alegre noticia al pueblo, para que haga
fuegos y acuda a las fiestas de toros y cañas que se celebrarán en su honor. El
mismo pregón proclama a los vecinos el feliz casamiento de Gómez de Fuentes y
Guzmán, señor de la villa, con Catalina de Sandoval y Saavedra, dama de la
reina. «En la villa de Fuentes en 21 días del mes de Enero de 1603 años se
juntaron a Cabildo […]. En el cabildo se trató como su Majestad ha hecho merced
a su vasallo D. Gómez de Fuentes y Guzmán, señor de esta villa, de título de
Marqués y a todos los que después le sucedieran […]. Cumpliendo con lo que por
dicha Real provisión se manda desde luego que recibían y recibieron por Marqués
de dicha villa de Fuentes al señor de esta villa…. Otro sí, mandaron que se pregone que para esta noche primera todos
los vecinos, por la alegría de la dicha merced que Su Majestad ha hecho al
dicho señor de esta villa y su feliz casamiento con Doña Casta Enríquez de
Sandoval, […], hagan y enciendan fuegos y luminarias en sus casas y que se haga
una máscara, con las mejores intenciones y demostraciones del contento, que se
pudiere […]. Otros sí, se acordó que para el lunes primero, 27 días de este
presente mes se hagan unas fiestas principales de juego de cañas y toros […]».
Así mismo, años más
tarde la muerte de Aldonza de los Ríos, viuda que fue de Álvaro de Fuentes y
Guzmán, IXº señor de Fuentes, produce que el Cabildo decrete luto local
(13-6-1606) o el regocijo que se vive en la villa porque la señora marquesa ha
quedado preñada y el Cabildo le manda al marqués sus parabienes (9-12-1607).
Del mismo modo se alegra el pueblo por «el
alumbramiento de Dª Catalina su señora» e incluso se proclaman fiestas en
su honor. O también cuando se produce el casamiento de Francisca de Fuentes y
Guzmán, IIª marquesa de Fuentes, con Juan Claros de Guzmán, y se acuerda «que
se haga una máscara por el día de San Sebastián y se hagan luminarias en cada
casa para mostrar el regocijo de la villa» (12-1-1626) [14].
A través de las
distintas generaciones, los sucesivos señores de Fuentes, por razones de
relaciones, cargos, servicios y casamientos fueron añadiendo títulos
nobiliarios al que no ocupa, dando lugar a una larga serie de marquesados,
condados y señoríos, con los que aparecen encabezando los numerosos escritos
que se conservan en diversos archivos históricos.
Los
señores ocuparon un papel dominante en la vida de la villa, tanto por sus
amplias posesiones, como en su autoridad. Bajo su patrocinio se habían
realizado importantes obras en la Iglesia Parroquial, desde finales del siglo
XVI hasta el XVIII, disponiendo del patronato de la Capilla Mayor y
enterramiento en la cripta bajo la misma, así como fundando la Capilla de la
Virgen del Rosario. Por escritura otorgada ante el escribano público Juan de Moya
por el «cura de la Iglesia mayor de la
villa de Fuentes y mayordomo de la Fábrica de ella» Juan Caro, en virtud de
licencia del Provisor y Vicario General del Arzobispado de Sevilla, el 9 de
junio de 1573 Álvaro de Fuentes y Guzmán, señor de Fuentes, obtuvo licencia
para levantar bajo su mecenazgo una capilla dedicada a la advocación mariana
del Santo Rosario, con tribuna propia abierta hacia la Capilla Mayor, desde
donde la familia del señor asistía a las celebraciones litúrgicas [15].
Años
más tarde, en 1598, la señora Aldonza de los Ríos, viuda de Álvaro de Guzmán y
Fuentes se propuso fundar un convento de religiosos descalzos, que no vio
culminado por su fallecimiento pero que se efectuaría en 1607 con la llegada de
los Mercedarios, aportando el Señorío una capellanía de 100 ducados de renta
anual instaurada en 1597. Su hijo, Gómez de Fuentes, I marqués de Fuentes,
junto a su mujer Catalina de Sandoval, fundarían en 1620 el Monasterio de la
Encarnación de las Madres Mercedarias en terrenos cercanos al Palacio y bajo su
patrocinio, cuya comunidad sigue dando vida a este histórico cenobio fontaniego
en la actualidad.
Los
Fuentes también contribuyeron en 1654 con las «limonas de la Excma. Sra. Marquesa y de aquellos vecinos a la fábrica
de una hermita mui capaz con la advocación de San Francisco, para que e ella
huviese misa los dias de fiesta para los pobres que se quedaban sin ella por
falta de vestidos» en el arrabal del Postigo, a su vez sede de la Primitiva
Hermandad de Consolación y hoy Cofradía del Señor de la Humildad y, desde 1904,
también capilla del Convento de las Hermanas de la Cruz.
Los
marqueses poseían en la villa un palacio, el antiguo castillo medieval que dio
origen al lugar, que aun habiendo perdido su antiguo carácter militar,
conservaba el papel representativo del poder de la casa nobiliar.
En
la Iglesia Parroquial tenían asiento destacado en el presbiterio [16],
enterramiento como se ha citado antes y como patronos de la misma sus escudos
nobiliarios aún aparecen en las pechinas de la cúpula de la capilla mayor y en
el propio retablo principal.
Eran
los encargados de nombrar los cargos municipales, tales como Corregidor,
oficiales concejiles, constituían el Concejo y Regimiento de Fuentes, alguacil
mayor, alcalde de la hermandad… y de sus intereses en la villa y término
cuidaban directamente los administradores, hombres de confianza de la casa
nobiliar y encargados de las rentas y alcabalas propias de los derechos
señoriales, que cobraban a los vecinos del lugar.
En
el siglo XVIII era muy valiosa la renta anual que los marqueses percibían por
la utilización del suelo, con la explotación, arrendamiento y venta de diversas
fincas urbanas y rústicas de su propiedad exclusiva, y controlaban, entre
otros, el mesón de la plaza y el horno de la calle Lora [17].
El
poder ejercido sobre su pueblo, también hacía responsable a los señores del
amparo y protección de sus vasallos. A veces era tal la penuria que el pueblo
padecía, sobre todo las clases más humildes, que obligaba incluso al señorío de
la villa a intervenir para socorrer a sus siervos dando trigo de su propia
cosecha. Un ejemplo de ello nos lo da a conocer el acta del 10 de marzo de 1636
en el que se recibe la nueva de que la marquesa de la villa va a dar 300
fanegas de trigo para que se amase pan para los más necesitados [18].
Los
dominios de los señores de la villa se fueron extendiendo por toda la geografía
andaluza, por lo que apenas residieron en Fuentes y las contadas visitas a la
villa suponían un acontecimiento digno de celebración. Como muestra, la visita
del marqués en 1698 obligó al cabildo municipal a gastar fuertes cantidades de
dinero «en fuegos y fiestas de toros y
gastos anexos a ella, como de toreadores de a pie y de a cauallo que se
trajeron para la celebración…». Junto a estos espectáculos populares se
realizaron obras de acondicionamiento de los lugares más señalados de la villa,
empedrándose las puertas del cabildo, la calle del Convento y pintándose y
limpiándose la cárcel del municipio [19].
Otro
momento importante del que se tiene constancia es el de la celebración de la
boda entre María Manuela Fernández de Córdoba y
Pimentel, hija primogénita del conde de Torralba, a la vez marqués de
Fuentes, y Antonio María Pantoja y Bellvís de Moncada, conde de Torrejón, que
tuvo lugar en Fuentes en 1770 [20].
La
titularidad del señorío de la villa ha pasado durante sus siglos de historia
por diversos linajes familiares, desde los Fuentes Guzmán, que fueron los
primeros señores, sucedidos por la familia Claros, Fernández de Córdoba,
Cabrera, Martos y Clerc de Lasalle, actuales titulares del marquesado.
Hacia
la mitad del XVIII el señorío de Fuentes pertenecía ya a la casa nobiliaria de
Torralba, hasta que en la primera mitad del siglo XIX los señoríos
jurisdiccionales fueran abolidos por el gobierno español.
El
17 de marzo de 1837 recayó sobre el marqués de Fuentes sentencia ejecutoria del
Tribunal Supremo de Justicia, por la que se declaraban incorporados a la Corona
de Castilla el lugar de Fuentes, la villa y sus castillos, con el señorío real,
rentas, tributos y demás derechos propios de la soberanía. Un proceso que había
durado dos décadas pues se conservan autos desde 1807.
Los
diversos titulares han compartido en diferentes épocas otros títulos
nobiliarios con el del Marqués de Fuentes, tales como Adelantados de Canarias,
marqués de Villaseca, de la Rosa y de la Mota de Trejo, conde de Torralba, de
Villanueva de Cárdenas, de la Jarosa y de Talhara, señor del Chanciller,
Benazurera, Belmonte, Moratalla, Salares, Benescalera, Algarrobo, Alcaucín, Daralcalde,
Viveros, El Boyero, Añora del Cojo, Herrera de los Palacios y los Zahurdones,
Sanchuelo, Montalvo, Villar Viejo, La Vega, Arenillas, Matachel, Haza de la
Banda, Olmos de Cerrato, Santa Cecilia, Pinedillo y Torrecitores.
Fallecido
sin sucesión en 1871 Juan Bautista Cabrera Bernuy, marqués de Villaseca y IX marqués
de Fuentes, que fue senador vitalicio y alcalde
de Madrid entre 1866-1867, el título de marqués
de Fuentes quedó sin uso o caducado hasta 1930, en que se rehabilitó sin
perjuicio de tercero a favor de Alfonso Martos Arizcun. Reclamado por Francisco Clerc de Lasalle
Cabrera décadas más tarde, alegando preferencia genealógica, una sentencia le otorgó
en 1964 mejor derecho y en 1966 recibió carta de sucesión. Desde junio de 2014,
en que falleció Francisco Clerc de Lasalle, el título está vacante pendiente de
reclamación por los hijos del último marqués, que no mantienen ninguna relación
ni propiedad en la localidad de Fuentes de Andalucía, origen de su señorío.
El
Castillo de Fuentes, libre de edificaciones, tras unos derribos contiguos a
mediados del siglo XX.
Cripta
de los señores y marqueses de Fuentes en la Iglesia Parroquial Santa María la
Blanca, que no alberga ningún resto de los patronos de la Capilla Mayor y en la
que, tras la importante restauración del edificio que se ha llevado a cabo
(2011-2014), se pretende instalar un columbario parroquial.
Rodeado
entre edificaciones, el conocido como «Castillo del Hierro» [21] acoge entre
sus lienzos de muralla tres viviendas particulares. Una principal, en desuso,
que se extiende en gran parte de la superficie y contiene la Torre del
Homenaje, y dos habitadas de menores dimensiones. A la fecha, el ayuntamiento
de la localidad está en negociaciones para la adquisición de la vivienda mayor
con la torre, que pasaría a ser propiedad municipal gran parte del edificio que
dio origen a la villa. (Foto de Juan Sebastián Martínez Lora).
Varias imágenes de la presentación de la comunicación, cuya exposición estuvo presidida por el profesor Dr. D. Manuel García Fernández, catedrático - director del Departamento de Historia Medieval y Ciencias y Técnicas Historiográficas, de la Facultad de Geografía e Historia, de la Universidad Hispalense.
BIBLIOGRAFIA:
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RAMÍREZ, J.: La villa de Fuentes (1578-1800). Fuentes de Andalucía, 2011,
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Historia de Carmona: Edad Media. Archivo
Hispalense, 2ª época, Tomo LXXX. Diputación de Sevilla, 1998.
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GONZÁLEZ
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una mirada al pasado. Fuentes de Andalucía, 2013, Tomo II.
GONZÁLEZ JIMÉNEZ, M.: El Concejo de Carmona a fines de la Edad Media (1464-1523).
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GONZÁLEZ
JIMÉNEZ, M.: Aportación al estudio de los
señoríos andaluces: el caso de Carmona, vol. III. Sevilla, 1973, pág. 42.
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época, Tomo LXXX. Diputación de Sevilla, 1998.
LÓPEZ,
Tomás: Diccionario Geográfico de
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Graiño. Edit. Don Quijote. Granada, 1989.
OLLERO LOBATO, F. y QUILES GARCÍA, F.: Fuentes de Andalucía y la arquitectura
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ROJAS
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Media. Cádiz, 1987.
SÁNCHEZ
SAUS, R.: Linajes Sevillanos Mediavales.
Sevilla, 1991, Tomo I.
VALDEÓN
BARUQUE, J.: Notas sobre las mercedes de
Enrique II de Castilla, Hispania, XXVIII (1968).
ARCHIVO
HISTÓRICO DE VIANA. Fondo Viana. Marquesado de Fuentes
ARCHIVO
HISTÓRICO MUNICIPAL DE FUENTES DE ANDALUCÍA
NOTAS:
[2] ROJAS GABRIEL,
M.: Olvera en la Baja Edad Media.
Cádiz, 1987, pág.64.
[3] Hasta el año
2010, muy poco se sabía del Señorío de Fuentes, al no tenerse constancia de la
localización de su archivo documental, basándose los estudios que hasta el
momento se habían realizado en los archivos históricos de otras casas
nobiliarias con las que mantuvieron algún tipo de relación, y en otros como los
municipales de Carmona, debido a los pleitos con el Consejo de esa villa que en
cuestión de términos mantenían los Fuentes.
A
raíz de las investigaciones realizadas para nuestro trabajo Fuentes de Andalucía. Una mirada al pasado.
Tomo I, tuvimos conocimiento de la conservación y existencia del Archivo
del Marquesado de Fuentes, que forma parte desde 1817 del Archivo Histórico del
Palacio de los Marqueses de Viana, en Córdoba, puesto a disposición de los
investigadores tras la compra de los fondos por parte de la obra social de
Cajasur. Un amplio y rico tesoro documental que alberga información de la Casa
de los Fuentes comprendida entre el año 1370 y finales del siglo XIX.
[4] (A)RCHIVO (H)ISTÓRICO
DE (V)IANA. Leg. 344 Exp. 001. 1374-1378. Compra
de la villa de Fuentes por Alonso Fernández e Isabel de Belmaña, matrimonio,
por 1.600 doblas moriscas, a Martín Fernández de Guzmán. Toma de posesión y
privilegios reales que les fueron concedidos.
[5] VALDEÓN
BARUQUE, J.: Notas sobre las mercedes de
Enrique II de Castilla, Hispania, XXVIII (1968), pág. 45.
[6] Cargo propio de
las corporaciones municipales de algunas ciudades de Andalucía durante el
Antiguo Régimen, equivalente al de regidor o concejal y asociado a la nobleza y
posición social de quien lo ostentaba.
[8] SÁNCHEZ SAUS,
R.: Caballería y Linaje en la Sevilla
medieval, págs. 82, 184, 185.
[9] GONZÁLEZ
JIMÉNEZ, M.: El Concejo de Carmona a
fines de la Edad Media (1464-1523). Sevilla, 1976, pág. 26.
[10] Medida
itineraria, variable según los países o regiones, definida por el camino que
regularmente se anda en una hora, y que en el antiguo sistema español equivale
a 5.572,7 m.
[11] A.H.V. Leg. 346
Exp. 8. Planos del término de Fuentes de
los siglos XVII y XVIII y noticia de la compra de la jurisdicción de dicha
villa por Álvaro de Fuentes y Guzmán, el 23 de julio de 1558. Veáse la
reproducción de los mismos al final de este trabajo.
[12] LÓPEZ GALLARDO,
R. J. y VÁZQUEZ CAMPOS, B.: La Formación
del Señorío de Fuentes en el seno del término de Carmona, en Actas del I
Congreso de Historia de Carmona: Edad Media. Archivo Hispalense, 2ª época, Tomo
LXXX. Diputación de Sevilla, 1998.
[13] CERRO RAMÍREZ, J.: La
villa de Fuentes (1578-1800). Fuentes de Andalucía, 2011, pág. 178-179.
[14] Ibídem, pág.
129-130.
[17] OLLERO LOBATO, Francisco y QUILES GARCÍA, Fernando: Fuentes de Andalucía y la arquitectura
barroca de los Ruiz Florindo. Sevilla, 1997, pág. 17.
Magnifico trabajo e investigación.Me ha encantado leerte.
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